40. LACRIMOSA
Y ahí estaba yo, ayudando a levantarse al tío más duro que había conocido en toda mi vida. Merle era como una puta roca, completamente invencible. Ni siquiera en aquella terrible casa del dolor era capaz de perderse a sí mismo. Eso era algo que podía admirar de él, quizás lo único, pero… algo era.
Le expliqué brevemente que debíamos huir de Woodbury por la presencia de aquellos raros hombres, aunque él insistió que él podría con todos se le veía muy débil, así que preferí llevarle conmigo por el bosque. Nos esconderíamos en alguna casa de Charming town y cuando estuviera recuperado, le convencería –No sé cómo- para que fuera a la prisión junto a Daryl.
-Temía que acabaría comiendo cucarachas otra vez si nadie aparecía pronto… -comentó Merle. Habíamos caminado unos cuantos kilómetros en silencio, tan solo le servía de apoyo cuando le notaba más cansado. Él lo evitaba, era como si no quiera parecer débil, lógico conociéndole- Están asquerosas las muy jodidas.
Yo solté una pequeña risita pero no dije nada, tan solo me limité a mirarlo. Tenía el ceño fruncido entre varias manchas de su propia sangre en la cara.
-¿qué? –pregunté-
-No estamos yendo a la prisión por mí, sino por ti… -aquello más que a pregunta sonó a afirmación- ¿Se lo dijiste?
-Debe de saberlo ya… se habrá enterado como todos los demás.
-¿Pero por qué lo has hecho? Es incomprensible y no digas que por ayudarme, porque tampoco me quieres tanto
-Tengo mis razones… -dije cortante. No me apetecía tener que contarle todo a Merle, no era ni el momento ni el lugar, y probablemente tampoco la persona indicada.
-Mmmm, la muñequita se pone interesante –Merle se detuvo y me miró de arriba abajo mordiéndose el labio inferior-
Yo me detuve y bufé. Descolgué la mochila de mis hombros y estiré un poco la espalda. Estaba agotada, pero quería avanzar lo más posible mientras el sol estuviera en el cielo. No me gustaba la idea de pasar la noche en el bosque y con Merle tan débil.
-Deberíamos seguir, quizás lleguemos poco después de que anochezca… Necesitas descansar en una cama y comer algo en condiciones.
Merle volvió a caminar sin decir nada, pero por su reacción parecía enfadado. ¿Es que acaso le molestaba que me preocupara por él? ¿O había dicho algo mal? Respiré hondo y caminé tras él. No iba a preocuparme de sus cambios de humor, parecían ser tan continuos en los Dixon, que pasar de ellos me evitaría uno que otro dolor de cabeza.
Pronto cayó la noche, seguíamos caminando. Me llamó la atención que en todo el camino no nos habíamos topado con ningún caminante. Era tranquilizante pero me preocupaba. Cada vez más, los caminantes se agrupaban en el bosque en busca de algún ser vivo para devorar.
-No queda mucho –murmuré al ver que Merle se detenía agotado- Vamos, solo un poco más… -lo alenté. Me acerqué a él e intenté ayudarlo a caminar, pero entre el peso de mi mochila y el cansancio que yo también había acumulado, poco podía hacer- Merle, un pequeño esfuerzo más, prometo compensártelo…
Pero nada le hacía reaccionar. Era como si estuviera absorto de sí mismo. Arrodillado frente a mí, con la mirada perdida, faltos del brillo y la astucia que los caracterizaban. Comenzaba a preocuparme seriamente por él.
-Joder, Merle, mueve tu puto culo hasta el pueblo –le grité, pero no fue hasta que estuve a punto de pegarle que él reaccionó. Se levantó y caminó nuevamente en silencio, pero con un ritmo bastante acelerado. Era como si mi ira le hubiera dado energías para continuar. Al menos había funcionado-
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ZET (The Walking Dead Fanfic)
Fanfiction-Esto tiene que ser una broma... -Dije con un fastidio notorio- Habría preferido que fueras un caminante... -No puede ser cierto, tú no puedes estar delante de mí... -dijo completamente confundido- Solté una pequeña risa cargada de prepotencia. El...