17. DIXON
Subí al coche rápidamente, Andrea había dejado incluso las llaves puestas. Era como si supiera exactamente lo que iba a tener que hacer. Encendí el motor y me alejé de aquél lugar, dejando atrás a los caminantes. Tenía la mirada puesta en la carretera, intentaba pensar en qué podía hacer. Volvía a estar sola, pero esta vez no tenía dónde ir, ni un plan que seguir. No tenía nada. Ahora tan solo podía confiar en mí misma.
No sé exactamente cuántos kilómetros recorrí con el coche, necesitaba encontrar pronto una gasolinera. Me alegré ver que en pocos kilómetros habría una, esperaba que la suerte estuviera de mi lado y pudiera llenar el tanque. Había retomado la idea que tenía cuando huía de Atlanta, iba a ir a la casa en la que había crecido, era como volver al origen.
Tan solo 40 km y podría llenar de nuevo el tanque, una vez lo consiguiera no me haría falta mucho más para llegar a casa.
Vi que a lo lejos había dos coches. Por un momento pensé que estaban detenidos, pero no era así, se movían. No sabía qué hacer, ambos coches ocupaban la carretera, y dudaba que me dejaran pasar tan fácilmente. Una vez los tuve delante, a unos cuantos metros de distancia. Ambos coches pararon, yo hice lo mismo con el mío. Un señor, muy bien vestido y con carácter imponente, bajó de uno de los coches. Yo me quedé sentada, con las manos en el volante. No me moví hasta que estuvo a unos cinco o seis metros de mi coche.
Miré el asiento del copiloto, allí estaba la ballesta. Tomé una cuantas flechas y la ballesta, seguidamente bajé del coche. No dudé en apuntar a la cabeza de aquél hombre, sentía miedo mucho más que en toda mi vida. Notaba que desde los coches, algunos de los acompañantes del bien vestido me apuntaban con sus armas.
-¿Una señorita viajando sola por aquí? –preguntó-
-Dejadme pasar, haced como si jamás nos hubiéramos cruzado…
-¿Viajas sola? –repitió. Dio un paso hacia mí, yo cogí la ballesta con más fuerza- No te asustes, no vamos a hacerte nada…
-¿Entonces por qué me apuntáis con armas?
-Puede que sea porque tú me estás apuntando a mí, pero tranquila, yo daré el primer paso –dijo serenamente- Chicos, bajad las armas -Miré a ambos coches y sus ocupantes escondieron las armas. Hasta que no sentí que estaba en menor peligro no bajé el arma.
-¿Qué quieres? –le pregunté directamente-
Vi que de uno de uno de los coches bajaba un hombre. Como reacción llevé la ballesta de nuevo a la posición de ataque, pero al ver de quien se trataba la bajé nuevamente.
-¡No me jodas! –Exclamé-
-Joder, conejita, qué bien te han sentado los años… -exclamó Merle, el hermano de Daryl. ¿Cómo podía tener tan mala suerte de encontrármelo justo ahora? -
-¿Os conocéis? –Preguntó el jefe asombrado-
-Es mi querida cuñada –le dijo a éste, después me miró a mi- ¿Qué tal si le das un abrazo a tu viejo amigo Merle? -Quise mandarle al demonio, pero me callé. No me moví del sitio, no sabía qué hacer, cómo reaccionar- Bueno, entiendo tu poca efusividad, habrías preferido que fuera mi hermanito…
-¿Vais a dejarme ir o no?
-Te ofrezco otra cosa –habló de nuevo el jefe- Tenemos un campamento, un refugio.
-¿Y le abrís las puertas a cualquiera? –pregunté extrañada-
-Conoces a Merle, si él responde por ti, podrás venir –Desvié la mirada a Merle, levanté una ceja al ver su reacción. No soportaba que se sintiera tan superior, no quería ayudarle a desplegar las alas de su egocentrismo, pero la idea de un refugio me gustaba, a pesar de que tuviera que tener que estar de Merle-
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ZET (The Walking Dead Fanfic)
Fanfiction-Esto tiene que ser una broma... -Dije con un fastidio notorio- Habría preferido que fueras un caminante... -No puede ser cierto, tú no puedes estar delante de mí... -dijo completamente confundido- Solté una pequeña risa cargada de prepotencia. El...