18. BROTHER
-¿Entonces no debo creerme nada de lo que me ha dicho? -como respuesta a ello me encogí de hombros. No sabía exactamente qué le había podido decir Merle- Solo respóndeme una cosa más y prometo no hacer preguntas. ¿Es cierto que, antes de todo esto, fuiste cómplice de un asesinato? –Un nudo se formó en mi garganta. Aquello no me lo esperaba, ¿Cómo era posible que Merle se hubiera enterado de aquello? La respuesta era sencilla, Daryl.
Merle me había demostrado que una vez más, Daryl me había fallado. Me había prometido que aquello sería nuestro secreto.
-No del todo, yo… fue un error en mi juventud, hice caso de las personas que no debía, pero estuve a tiempo de corregir mis errores… -expliqué. No quería dar más detalles sobre mi pasado, pero estaba segura que Merle había dicho mucho más que aquello. Menudo hijo de la gran puta-
El gobernador me enseñó algún as de las instalaciones de Woodbury, como el edificio de la gobernación donde estaba el pequeño consultorio de la Doctora Stevens, a la que a partir de ahora ayudaría, o la plaza donde jugaban los niños. Me explicó también, que una vez cada siete días, dedicaban una noche de ocio en un lugar al que llamaban Plaza de Arena. Aquel nombre llamó mucho la atención, ¿Qué hacían allí? puede que en un par de noches lo descubriera.
Finalmente me acompañó hasta un edificio en el que vivían un par de familias. Me explicó que yo ocuparía una habitación de una de esas.
-No es mucho, pero puedes acomodarlo a tu gusto –me explicó al enseñarme la habitación- Puedes darte una ducha si lo quieres, aún no tenemos agua caliente, pero estamos trabajando en ello. Pediré que alguien te traiga algo de ropa limpia.
-Gracias -susurré intimidada ante aquella situación. Sentía que me estaba sobrepasando-
-No hay de qué. Solo intenta no desperdiciar mucha agua, somos muchos aquí, y tenemos que pensar por el beneficio de todos.
-Es lo lógico.
-Pero LeeAnna, tendrás que darme tus armas, en Woodbury no aceptamos la violencia. Nos cuidamos entre todos, pero no así.
-No puedo dártela –me enfrenté a él- Para mí no es solo una ballesta, es lo único que me queda de una persona importante…
-¿El hermano de Merle, verdad? –Agaché la mirada, evitándole la mirada- Lo entiendo, pero… escóndela…
-Lo haré, no quiero perderla… -llevé mi mano hasta el borde de la ballesta. Era como sentir a Daryl cerca, como si él estuviera junto a mí-
Poco después, el Gobernador salió de la habitación. Miré lo que me rodeaba: una cama, una mesilla de noche, una cómoda y una ventana cubierta con unas cortinas de flores. M e senté en la cama y dejé las cosas que había rescatado del coche. Había cogido un par de cosas de ropa de Andrea, ni siquiera sabía qué hacían en aquél coche, pero me servían; unas cuantas medicinas que decidí esconder en los rincones más insólitos de la habitación, las flechas y la ballesta. Mis pertenencias se resumían a eso.
Suspiré entristecida, ¿Cómo había podido llegar al mundo a algo así?
Alguien llamó a la puerta y me sobresalté, como reacción tomé la ballesta, pero después pensé en lo que me había dicho el Gobernador, así que traté de esconderla. Acabé llevándola hasta el baño, escondiéndola dentro de la bañera. Volvieron a llamar, de forma insistente.
-¿Quién es? –pregunté-
-Te traigo algo de ropa, me ha enviado el Gobernador…
La voz sonó de una niña, lo que llamó mucho mi atención. Abrí la puerta algo nerviosa, para encontrarme delante con una niña de unos trece o catorce años, rubia y tez blanca como la nieve. Tenía en sus brazos unas cuantas mudas de ropa y un par de toallas.
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ZET (The Walking Dead Fanfic)
Fanfiction-Esto tiene que ser una broma... -Dije con un fastidio notorio- Habría preferido que fueras un caminante... -No puede ser cierto, tú no puedes estar delante de mí... -dijo completamente confundido- Solté una pequeña risa cargada de prepotencia. El...