Capítulo 24

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— Creo que es lo que necesito ahora.

— ¿Mis feromonas? — preguntó alzando ambas cejas.

— No — sus mejillas eran más rojas ahora.

— Te necesito a ti, Yoongi.

Jimin siguió acariciando el pecho del alfa por encima de la tela de su camisa blanca. Yoongi se quedó muy tenso y quieto; no mentiría que se sentía atraído por aquel omega rubio, solo que en su estado eso no era correcto.


¿Por qué me pasan estas cosas a mí?, se preguntó. Era la segunda vez que algo así le sucedía.


La primera vez le pasó con Jungkook cuando recién se le volvió a activar el celo, y ahora con Jimin; pero, los sentimientos del omega eran momentáneos, esto era pasajero, no era real.

Cuando Jimin aproximó su rostro, Yoongi le puso toda la mano en la cara y los labios regordetes del omega pegaron en la palma. Jimin abrió los ojos y lo miró extrañado.

— Quieto — murmuró alejando su mano lentamente, sin apartar su vista de él.

Jimin trató de acercarse más al alfa, buscando por su atención. Su parte racional ya sabía por lo que le había dicho Yoongi que lo caliente y necesitado que se sentía era por aquella droga, no porque realmente quisiera estar así.

Realmente no lo era, ¿O sí?

Jimin empezó a restregar todo su cuerpo con el del alfa, dejándose caer encima de su pecho. Yoongi se encontraba acostado en el sofá así que no tenía mucha movilidad en sus extremidades como para hacer algo.

Las piernas ligeramente flexionadas hacia arriba hacían caer su short huango hasta sus ingles. Jimin tenía el trasero ligeramente inclinado hacia arriba, con su pecho y cabeza hacia abajo, puesto en el pecho del alfa; se volvió a sí mismo para tener una mejor posición.

Pero, cuando trató de volver a acomodarse, la rodilla de Yoongi rozó con su miembro, haciéndole sentir escalofríos. De repente, por su mente se volvió a cruzar la sensación de los asquerosos dedos de Chang toqueteándolo.

Jimin se alejó rápidamente de Yoongi haciéndose un ovillo a la orilla contraria del sofá. El alfa por fin pudo ponerse de pie para caminar de nuevo a la cocina.

El aroma en exceso que olía a dulce comenzaba a tornarse amargo.

El alfa estaba preocupado porque después el lobo de Jimin lo rechazara por no haber aceptado sus deseos carnales.

En la naturaleza y en la vida humana. Si alguien, hablando en una relación amorosa no familiar o de amistad, no cubre tus necesidades básicas, llámese amor, atención, sexo, entre otras cosas... terminaba por irse.

Yoongi no quería que Jimin lo rechazara, pero, asumiría esa decisión con tal de verlo bien.

Al regresar tenía pastillas y agua en una mano. Con la otra encendió la luz y pudo ver mejor al omega. Chiquito y bonito omega.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora