Capítulo 37

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Al salir del hospital Taehyung y Jungkook no se volvieron a encontrar con Somin puesto que ella se había marchado. Ella se encontró con el doctor antes de que volviera a la habitación y firmó los papeles, y por último lo hizo el alfa.

Solo se limitó a mandar un mensaje de texto diciendo que cualquier cosa la contactara y que buscaría a los niños en sus fechas acordadas.

Taehyung cambió de ropa a Juno con unas prendas calientitas y encima la ropa térmica contra la nieve, el pequeño gorrito que le dio Jungkook y unos guantecitos, evitando así que se tocara el parche que colocaron las enfermeras donde estaba su herida de la aguja del suero conectado a ella.

Caminaron rumbo al auto y Jungkook se sentó en el asiento trasero con Juno en brazos, con Taehyung al volante, volviendo a casa.



La puerta del apartamento del omega se abrió, dejando ver a la pareja y a su pequeño cachorrito. Taeyang miró hacia ellos desde la sala y corrió a sus brazos.

Taehyung lo cargó y acercó a Juno quien la tenía Jungkook.

— ¡Juno! — exclamó — Juno, volviste. Te extrañé.

— Tata — dijo Juno con una sonrisita.

Ambos niños se removieron y los adultos los bajaron. Taeyang se quedó sentado en el suelo y Juno le abrazó por el cuello; el cachorro aceptó con mucha alegría a su hermana y empezó a llenarle de su olor. Después, empezó a darle besitos.

— Juno no enfermes más — dijo el niño — Que nuestros papis y yo nos ponemos tristes.

— Tata, Tata, Tata — repitió la pequeña varias veces.

Jimin salió de la cocina y se acercó a ellos.

— Me alegro que todo esté bien ahora — dijo el rubio.

— Minnie — Taehyung se acercó y le abrazó — A que no adivinas que dijo el doctor.

Taehyung empezó a contarle todo lo que el doctor les había dicho. Jimin escuchaba todo atento, de vez en cuando sonriendo porque esas eran buenas noticias.

— Me parece impresionante, Tae. Es demasiado bueno.

— Verdad que si — respondió Taehyung — En serio... no sé que hice para merecer a un Jungkookie en mi vida.

Taehyung atrajo a su regazo a Jungkook y lo sentó, abrazándolo por su cintura, restregándose en él.

— Tae — chilló el omega — Yo soy el que debería dar gracias por estar contigo y los niños.

— Familia — corrigió el alfa — Somos una familia, ¿No?

Jungkook sintió su corazón chiquito. Agachó su rostro para poder besarlo, luego Taehyung empezó a restregar su cara y labios por el cuello de Jungkook, dejando pequeños besitos y unas discretas lamidas.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora