Capítulo 51

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Hace algunos años.


El pequeño Jungkook dormía cómodamente una siesta, durante unas tres o cuatro horas, hasta que se sintió completamente descansado.

— Jeon, tienes que levantarte. Es demasiado tarde.

— Necesito dormir más.

— Claro que no — chilló.

El chico se vio obligado a abrir los ojos. Miró a la pequeña niña que se encontraba de pie al lado de su cama.

— Buenos días, Jungkook oppa — sonrió.

— Hola — se quedó sentado en su cama

— Nana ha preparado la cena, ya debes bajar o sino los chicos se acabarán tu parte — habló muy frenéticamente.

— De acuerdo, de acuerdo. Bajaré un momento.

La niña sonrió y salió corriendo de la habitación.

Jungkook tardó un momento en bajar.
Al hacerlo, se encontró con toda su familia de acogida. Eran cinco niños que eran cuidados por una mujer mayor de treinta años. Todos le estaban agradecidos de poder vivir una "vida en familia" fuera de lo que conocían; el orfanato.

Jungkook no era de muchas palabras, era alguien muy reservado, pero a pesar de eso le era muy agradecido con aquella mujer, aunque no fuera su madre.

La cena pasó tranquila. Todos comieron bien hasta llenarse completamente; el chico, al ser el mayor de los cincos, se tomaba ciertas libertades después de cumplir con sus deberes en casa.

— ¿Saldrás, Jungkookie? — preguntó la pequeña.

— Si, Mia — respondió él — Volveré más tarde.

— Pero... quería que hoy me cantaras algo para dormir.

— Podrá hacerlo Nana — acarició su cabello — Debo irme.

Se abrigó bien y luego salió de casa.

Pasó por algunas calles, hasta dar con un viejo vestidor. La colonia donde él residía no era tan espectacular como otras, pero al menos era decente.


"Hola, guapo" dijo en su mente.


Jungkook se volteó a todos lados y luego le miró.

— Hobi — sonrió abiertamente.

Corrió hasta quedar enfrente del lobo y rodeó su ancho cuello para poder abrazarlo. La forma animal de Hoseok era imponente y muy hermosa.
Su lobo era castaño rojizo, sus ojos eran naranjas y tenía algunos reflejos en el pelaje de color negro.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora