Capítulo 14

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Mandeok-Dong, Busan. 2008


Era diciembre. Toda la noche anterior estuvo nevando, casi hasta el amanecer. Las calles de Corea se encontraban repletas de nieve.

Los niños caminaban con cuidado al salir de clases.

El cachorro pelinegro apretó más las correas de su mochila y prosiguió su camino.

— ¿Qué le pedirás a Santa?

— Mmh... no lo sé. Yo quiero un balón de futbol — respondió un niño.

— Yo quiero una enorme casa de muñecas — dijo una niña.

— ¡Jungkook! — exclamó el niño viendo pasar a uno de sus compañeros de clase — ¿Tú que pedirás para navidad?

Jungkook dejó de mirar la nieve del suelo y les miró.

— Nada — respondió — Yo ya no soy un niño pequeño

Los tres niños le miraron raro.

— Eres muy extraño, Jungkook — chilló la niña y caminó más rápido junto con los otros.

Jungkook se encogió de hombros y prosiguió su camino.

El omega no tenía demasiados amigos, o más bien casi ni uno. Él no le daba mucha importancia, ya que... acostumbraba a perder a las personas que más ama.



La casa donde le habían dado un hogar provisional no se encontraba demasiado lejos yendo a pie, pero el cachorro acostumbraba algunas veces preferir ir por el camino más largo a casa.

Mientras caminaba, veía a las personas que iban pasando.

Cachorros jugando, adultos de camino al trabajo o casa, cachorros con sus padres.

Cachorros con su madre.

Jungkook le brillaban los ojos a causa de las lágrimas retenidas cada que veía a un cachorro y una madre que tuviera parecido a la suya.

Su cuerpo tembló. Ajustó su gorro para tapar mejor su cabeza y oídos y abrochó el último botón de su gabardina.

Esperaba que el semáforo cambiara de luz para por fin darle paso, cuando un olor peculiar parecido al de Jamaica con madera se hizo presente. Volteó a verlo y frunció los labios.

— Hola — dijo con una enorme sonrisa — Hace mucho no te veo, ¿Me recuerdas?

Jungkook corrió su rostro de nuevo para poder mirar hacia enfrente. Los segundos que esperaba porque el color del semáforo cambiara, parecían ser eternos.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora