Capítulo 50

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— ¿Cómo están el día de hoy?

— Bien, señor Jeon — respondieron todos los niños al unísono.

— Excelente, mis niños. Hoy empezaremos a ver...

Jungkook hablaba animadamente mientras todos los niños prestaban atención.

Un nuevo ciclo escolar había comenzado, y había nuevas cosas que aprender esta vez.
Los niños anotaban en su libreta, mientras Jungkook explicaba acerca de su tema.

— Felix — susurró Chris — Te ves bien.

El omega se sonrojó.

— Gracias.

El cachorro antes de regresar a clases le pidió un corte de cabello y ahora lo traía más corto a como lo tenía anteriormente. Su padre también cortó su cabello y lo tiñó a negro, dejando atrás el castaño.

Padre e hijo habían pasado por un proceso de sanación juntos. Minhyuk no creía que necesitaba entrar a ese programa que el doctor y Jimin le habían recomendado, así que el solo empezó a perdonarse a sí mismo cada día, poco a poquito, sanando su alma.

Aunque, no podría mentir. La ansiedad de volverse a encontrar a Alessandro en cualquier parte de las calles, o que llegue de la nada a la casa donde ahora vive, le carcome.

Minhyuk se encarga de evadir esos pensamientos negativos, pero irremediablemente, siempre vuelven. Algunas veces, su lobo aun no procesa que perdió un hijo y reprocha. Y eso, causa un conflicto con su yo interno.

Pero, el pequeño Felix se encontraba de mejor humor al ver que su padre no tiene a nadie maltratándolo física o verbalmente. Le agrada ver a su padre ser un poco más feliz cada día, aunque a veces se ponga un poco triste.

Todo fue gracias al señor Jeon y su alfa, junto su amigo Park Jimin. Todos ellos ayudaron a su pequeña familia, incluido el pequeño cachorro hiperactivo, Taeyang.

Felix sonrió.



— Felix — llamó el mayor — ¿Podrías quedarte unos minutos antes de que te vayas?

— Si — el cachorro se alejó de sus amigos y caminó hacia el escritorio.

Era la hora del receso y Jungkook tenía ganas de hablar con el pequeño.

— ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu padre?

— Bien — respondió el menor — Estoy bien y padre está mejorando poco a poco. Hemos trabajado juntos en la tierra y las plantas ya empezaron a dar frutos.

— ¿En serio? — sonrió abiertamente — Eso me alegra mucho.

— Si. Aunque es un poco cansado es mucho trabajo y... la casa es muy grande para dos personas.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora