Capítulo 88

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— Tu padre está muy emocionado, ¿No te parece, Tae-Tae?

— ¿Crees? — preguntó el cachorro.

Ambos miraron como su padre andaba de allá para acá en toda la casa, hablando por teléfono muy animadamente. Hablaba con Namjoon explicando como trabajarían a distancia y distintos horarios; en todos estos días, el alfa no podía ocultar la notable felicidad y emoción que el próximo viaje que su familia tendría.

Jungkook palmeó un poco las piernas del cachorro que tenía encima de él, al estar ambos acurrucados y las hizo a un lado para levantarse.

— Iré a ver a tus hermanos, tú sigue viendo la televisión — Taeyang asintió y Jungkook caminó escaleras arriba.

En la habitación de Juno, ella estaba sentadita en su pequeña mesita, separando todas las piedras que tiene por colores.

— Hola, bebé — dijo Jungkook.

La cachorra le dedicó una mirada rápida, mientras sonreía y llamaba al mayor.

— Mami, mira — dijo la pequeña — Muchos colores.

Jungkook acarició su cabello que caía por encima de sus hombros y le sonrió.

— Oh, muy bonito — se inclinó un poco para verla — ¿Y tu hermano?

— ¿Fijoyito? En nido, mama.

— ¿Quieres acompañarme a verlo, Juno?

La bebé con tantas piedras como podía sostener en ambas manos, se movió a varios lados, como si no tuviera otra alternativa. Dejando sus piedras encima de la mesa y luego salió corriendo. Jungkook rió enternecido y siguió a su bebé.

Había estado monitoreando a Jaehyung por tu teléfono conectado a la aplicación del monitor, pero de vez en cuando se levantaba a verificar en persona.

Ya en la habitación, con Juno subiendo al nido para ver a su hermano, se detuvo de inmediato y rehuyó.

— ¿Qué pasa? — preguntó el omega.

Juno frunció su nariz e hizo mala cara.

— Huele feo — su gesto empeoró — Hay popo.

Jungkook se empezó a reír, porque Juno era una cachorra muy perceptiva, le gustaba oler a todo con que se encontrara, incluso la comida antes de ingerirla; entonces, oler a su hermanito oliendo mal, no le gustaba.

— Lo cambiaré, no te preocupes.

Juno se bajó del nido y esperó sentadita en la alfombra, mientras Jungkook quitaba el pañal sucio, limpiaba sus pompis con toallitas hipoalergénicas y luego ponía un pañal nuevo.

— Toma, ¿Lo puedes tirar en el bote de basura?

Jungkook le entregó el pañal envuelto, que bien Juno aprende muy rápido a ayudar en pequeñas tareas de la casa, sintió el mismo asco por el olor, pero aun así, hizo lo que el mayor le ordenó. Ahora, con el omega riendo por su mala cara y sus manos estiradas con los dedos separados, como si hubiera tocado algo más asqueroso.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora