Capítulo 84

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Días antes del juicio.


— Creo que... desde pequeña, no he tenido bien el concepto claro de amor.

— ¿Amor?

— Mmh-hum — asintió lentamente — Fue diferente.

Desde pequeña, Somin no tuvo claro que era eso que siempre leía en cuentos o veía en los dramas donde actuaba su madre. En casa, papá y mamá no eran como las parejas de la televisión; mostrándose amor pavorosamente, presumiéndolo al mundo o algo parecido.

Siempre creyó que, era algo como más íntimo, más reservado. Y, al ser sus padres, era algo incómodo preguntar algo como aquello, siendo ella más joven.

Y, tampoco supo que era esa clase de amor que los padres profesaban a sus hijos. La clase de que, un lobo siempre verá por sus cachorros, siempre.

Desde muy pequeña, teniendo tutores privados y casi una nula interacción con otras personas de su edad; a menos que fueran reuniones importantes con empresarios como su padre, entrevistas de su madre o alfombras rojas.

A su vez que, tampoco ella interactuaba mucho con sus padres. Muchas veces, padre estaba de viaje. Otras, madre estaba grabando, o en hospitales por su condición de recesión en el cuerpo.

Y siempre, siempre lo recompensaban con regalos.


"¿Quieres ese bolso? Te daré tres."

"¿Te gustó ese collar? Los llevaremos del color que quieras."

"La casa de muñecas. La llevaremos"


Y, en cierta manera, el recibir todo lo que ella quería, a pesar de los castigos severos, sintió que era la única forma de que sus padres le demostraban amor.

Cuando se emparejó con Taehyung, también lo vio de esa misma manera. Sintiéndose abrumada cuando la abrazaba o besaba, cuando los toqueteos iban de más, a veces no los sentía correctos. Pero, accedía porque, al final, se sentía bien recibirlos.

Al pasar los años, Taehyung le daba todo a Somin porque era su omega, la mujer que recibió su marca. Marca que, Somin resintió un tiempo, sin saber que hacer; y, simplemente, aceptando porque papá y mamá dice que así es la forma correcta de que un alfa y omega deben emparejarse.

La Somin consentida, narcisista y, algunas veces grosera cambió al momento de tener a su primer cachorro. Después de, haberlo intentado tanto y tanto.

— Es tu cachorro — dijo el doctor entregándole un pequeño bebé.

La omega le miró con ojos bien abiertos.

— ¿Ya tiene un nombre? — recuerda que preguntó una enfermera.

— Taeyang — había dicho Taehyung.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora