Capítulo 30

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— ¿Qué yo qué? — preguntó Jungkook con sus ojos bien abiertos.

Terminó de cepillar sus dientes, escupió y luego enjuagó.

Eran pasadas las diez de la noche, recién hace tres horas los cachorros habían vuelto de casa de su madre. Taeyang se encontraba dormido en su habitación, Juno dormía en la cama de su padre.

La pequeña se había quedado completamente dormida con su puñito en el pulgar del mayor mientras sorbía de su chupón.

— Créeme que esto no era mi intención desde un inicio. No quería envolverte dentro de toda esta... mierda.

Jungkook abrió bien los ojos. Taehyung no era una persona que dijera malas palabras, o al menos frente a él o a los cachorros.

Pero, toda esta situación le tiene mal, le tiene cansado. Jungkook no quería ser una molestia para el mayor, así que trataba de ayudarle en todo lo posible. Le exigió comer todas las comidas que no ingería, tomar una ducha cada noche; y, si se encontraba demasiado cansado, él le ayudaría con los niños.

— Si mi palabra tiene valor, entonces hablaré — trajo el té humeante que había dejado en la mesita y se lo entregó.

Taehyung solo se enderezó un poco para poder beberlo con cuidado de no derramarlo. Lo bebió más rápido de lo que pretendía.
El alfa había adelgazado considerablemente, las semanas pensando en el juicio le cayeron demasiado mal. Las marcas negras debajo de sus ojos le hacían parecer un muerto en vida.

Jungkook le empujó y obligó a acostarse. Empezó a arroparle con las mantas y le dio un beso en la frente; antes de poder marcharse, Taehyung le tomó de la muñeca y no le dejó ir.

— Taehyung — murmuró Jungkook — Debes descansar.

— Solo si te quedas conmigo.

— Pero yo si...

— No — le interrumpió — No lo haces porque temes distraerme. En las noches no duermes en mi cama.

Y, tenía razón. Jungkook algunas veces se levantaba en la madrugada y terminaba quedándose con Taeyang o incluso en el sofá; sentía como si su lobo fuera el que le estaba robando la energía al alfa, y sentía que no debía preocuparlo más.

— No me has contado cómo vas con tus hormonas, ¿Está todo bien? ¿Estás volviendo a la normalidad? — preguntó el alfa.

— No quiero abrumarte con mis problemas — respondió Jungkook — Quiero que estés tranquilo.

— No estoy tranquilo sin ti. No te vayas, omega.

Taehyung lloró un poco. A Jungkook se le rompió el corazón verle así.
El alfa se encontraba acostado en medio y Juno de un extremo junto con unas cuantas almohadas haciendo de barrera.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora