Capítulo 34

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— Hemos llegado — dijo el alfa estacionando su auto en el cubículo del estacionamiento que le correspondía de su edificio.

Volteó hacia atrás y la imagen le pareció adorable, así que sacó con cuidado su teléfono celular que estaba guardado en un bolso aparte de su hanbok y abrió la aplicación de la cámara.

Olvidó apagar el flash, así que salió disparado al momento de que la foto fue tomada. Jungkook se removió un poco de su lugar.
El omega se encontraba con su cabeza recargada hacia atrás en el respaldo del asiento y en su pecho, la pequeña Juno con sus brazos y piernas en los costados y su cabecita recargada en el pecho de él. Taehyung fue manejando con cuidado en todo el camino, pero en los últimos minutos, Jungkook cayó dormido después de que Juno lo haya hecho.

Jungkook abrió sus ojos lentamente y los giró para ver al alfa.

— ¿Llegamos? — preguntó con voz somnolienta.

Inspiró aire lento y su pecho se alzó, con Juno removiéndose un poco. Jungkook se acomodó en su asiento con cuidado de no molestar a la pequeña.

Taehyung salió primero del auto, colocándose su abrigo encima del hanbok y caminó a la puerta de los asientos traseros para abrirla. Jungkook le entregó a Juno y el alfa la tapó con su cobijita azul llena de estrellitas.
La sostuvo con un brazo y el otro le dio la mano a Jungkook para que pudiera salir.

Una vez fuera, Jungkook también se puso su abrigo y caminó de la mano con Taehyung.

El salón de fiestas así como el auto, contaban con calefacción. También, el recibidor del edificio, pero no el estacionamiento; era una parte fría, así que ambos se apuraron a caminar hacia su hogar.

Una vez dentro del apartamento del alfa, Juno se levantó bruscamente y se alejó de su pecho.

— Hey, tranquila — dijo Taehyung — ¿Dormiste bien amor?

Juno le miró y luego a Jungkook que acababa de cerrar la puerta. Yeontan empezó a ladrar una vez que ellos llegaron; el omega sostuvo al perro para calmarlo y dejara de hacer mucho ruido para no alterar a la pequeña.

— Limpiaré por Taeyang — dijo Jungkook dirigiéndose a el lugar donde le habían enseñado al perrito a hacer sus necesidades y empezó a recoger y limpiar todo.

Taehyung se sentó en su sofá y luego acomodó a Juno sentadita encima de su regazo. La bebé empezó a tocarlo de su cara con sus manitas; dando manotazos chiquitos en sus mejillas y labios, luego se dejó caer lento hacia adelante y el alfa le llenó de besitos en la frente.

— Baba — dijo Juno y Taehyung sonrió — Baba... Tata.

— ¿Tata? — preguntó el alfa.

— Tata — repitió Juno esta vez más fuerte.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora