A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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Volvimos a casa y sé que ella no estaba bien, la miré por un buen rato sin que se atreviera a enfrentarme.
—Josa.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—No, no lo estoy y tú tampoco, no tienes porqué aguantar esto solo para que yo no me sienta culpable —hizo un puchero.
—No quiero perderlo.
—Eso no va a pasar —vaya, hasta yo me lo creí, en serio me creí que puedo tener a mi hijo a salvo cuando no depende de mí.
—Soy una irresponsable.
—Somos.
—No.
—Si mamacita, esto no nada más tiene que ver con usted, yo también me confié, pero Ricky va a estar bien, vamos a atenderlo y todo estará bien.
—No tiene ni un año que traje al mundo a Joss, tengo mucho miedo José Manuel, podría morir.
—Tú también podrías morir.
—Eso no importa.
—¿Disculpa? Eres mi esposa, no hay José Manuel sin María José, no puedo perderte y tampoco quiero.
—No voy a interrumpir el embarazo.
—Nunca dije que lo hicieras, es una opción porque tú vida también está en riesgo, es una opción solamente.
—No puedo consentirla, no puedes pensar que puedes elegir entre él y yo, hicimos un trato ¿Lo recuerdas? Ellos por encima de ti y de mí.
—Yo no lo voy a decidir mija, en ese caso lo va a decidir usted, sabe que nunca le he quitado el derecho de elegir sobre usted misma, le di su libertad y quiso quedarse conmigo, le di la opción de darme un hijo y me va a dar dos y tal vez muchos más después, yo nunca he tomado las decisiones Josa, siempre las has tomado tú —niéguenmelo.
—No quiero perder a Ricky, ya es parte de todo esto ¿En serio estará bien? Solo me importa él y lo sabes.
—Haremos tal cual nos dijeron, vamos a cuidar de ti y de Ricky, ven —susurré. Se acercó a mí, la senté en mis piernas y acaricié su vientre—, oye Ricky, vas a estar bien ¿De acuerdo? Vamos a cuidarte muchísimo, a ti y a mamá, vamos al ganar-ganar ¿De acuerdo? No te preocupes, generalmente cumplo mis promesas.
—Eso es cierto, me dijiste que podía terminar enamorada de ti y así fue.
—Donde pongo el ojo, pongo la bala, mamacita linda —le besé la mejilla—, haremos todo lo que esté al alcance para que Ricky y tú estén bien ¿De acuerdo?
—Gaby también necesita cuidarse José Manuel.
—¿Te preocupas por la gaviota?
—Me cae bien, no olvido que se tiró a mi marido, pero luego recuerdo que se lo quité cuando lo quiso recuperar y se me pasa —sonrió.
