NAVOLATO — SINALOA, MÉXICO.
28 DE SEPTIEMBRE.Me había creado un completo y total caos, pero sin duda lo que más me molestaba fue el hecho de que no fui lo suficientemente inteligente para evitar que María José terminará en medio del puto fuego cruzado, tenía a los Santoy encima y solo pude ver a la bebé una sola vez, creo que nunca me había asustado tanto viendo algo tan hermoso, era pequeñita, muy pequeñita, entonces recordé que yo llegué al mundo teniendo casi la misma gestación que ella, lucía un coqueto gorrito azul con destellos blancos, era la única con un gorro así, el del resto era blanco, pero el suyo, era azul, desde entonces comencé a llamarla babyblue.
Me enojé, me enojé conmigo, por no darme cuenta, por no quererme dar cuenta de lo obvio, por no aceptarla, porque amor sentí desde el primer momento en que supe de ella, aunque mi forma de expresarlo fue totalmente el contrario.
Lo único que me importaba es que estuviera sana, la estaban tratando bien, de lo contrario creo que podría matar más gente, todo el mundo sabía que ella estaba ahí, ojalá mamá estuviera aquí, sé que hubiera amado a babyblue, le hubiera encantado conocer a alguien que fuera parte de mí, sé que la hubiera adorado y malcriado como lo hizo conmigo.
También vi a mariposa, pero cuando la vi seguía inconsciente, en ese momento sentí que no había castigado por completo a Marco, que debí tomarme más tiempo, pero ya era tarde, estaba muerto, Patricio estaba muerto y sin duda esto iba a traer más balazos que aplausos.
Gio se encontraba ahí también, había vivido por pura casualidad, aunque no pasaba el peligro, tenía que despertar, lo cual hizo dos semanas después. Al final todos mejoraron, María José salió del hospital y no, porque estaba con babyblue todo el tiempo, babyblue siguió su curso de crecimiento, como ya dije, todos mejoraron, o casi todos, bueno, yo no.
El doctor Núñez no quiso seguir el curso natural para tratar el cáncer, no quiso cambiar el gleevec, lo que quiso hacer fue saltarse el cambio de medicamento y lanzarme de cabeza directo a la quimioterapia, al principio me sentí muy bien, cuando terminé la primera sesión dije, wow, parece que no pasa nada.
Hubieran visto mi cara dentro del retrete dos horas después, náuseas, hemorragias, dolor de cabeza, lesiones en la boca y nada, nada, pero en serio, nada de fuerza, eran tres días en los que me sentía muerto en la tierra de los vivos. Lo peor de morir es saber que estás muriendo y no poder hacer nada para salvarte.
Tres sesiones y cada ves odiaba más meterme esa cosa roja en el sangre, porque era romper un bienestar para volver a terminar tirado en la cama, claro, era algo que Gaby y Yordan jamás permitirían que hiciera solo. A la segunda dosis de radiactividad roja, comencé a perder el cabello, son golpes anímicos fuertes, si lo fue para mí, no me imagino cómo lo fue para mí adorada mamá.
En este lapso no había visto a nadie, solo a Gaby y a Yordan que estaban conmigo todo el tiempo, pero se aproxima una fiesta que sí o sí, me hará volver a casa ¿Cómo mierdas voy a llegar a casa en estas condiciones?
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🌹・𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐨𝐦𝐨・🌹
Novela JuvenilA escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...