A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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Habían pasado suficientes días y yo seguía ciego como un topo.
—Mierda, me pregunto si mi puto dolor de ojos servirá algún día —no podía frotarme los ojos, es como si los hijos de perra no existieran. Ya sé, estoy de mal humor por muchas razones, solo sigan leyendo y no me jodan.
—¿Yordan? —suspiré, no hablo con Nadia, ella habla conmigo, son dos situaciones diferentes—, José Manuel quiere verte, así que iremos al hospital.
—¿Vas armada? No te prestaré la mía ésta vez.
—Ya pasaron dos semanas ¿Por qué sigues tan molesto? —gruñí, así que se alejó y me dejó pasar, salí de la casa y abordé la camioneta, me coloqué los audífonos y Polo puso en marcha el automotor.
Al llegar al hospital, descendió primero ella, esperé a Polo y me guió hasta la habitación del señor de las rosas rojas.
—Ya estoy aquí.
—Hola Yordan, yo estoy bien dentro de lo que cabe, ya sé que no te importa, pero suelta la decencia, cabrón.
—Ouh, amanecimos bravos —me senté— ¿Qué pasa?
—¿Cómo estás?
—De la vil chingada, estoy muy de malas, estoy encabronado y quisiera… que salieras de aquí.
—Eso no va a evitar que hagas lo que quiero que hagas, pero antes ¿Qué sucedió con la Viuda Negra esa que te enseña a leer braille?
—No sé de qué me estás hablando.
—Nadia, Nadia Romanov, la matona esa que evitó que la loca te matara.
—Ah, la tal Nadia.
—¿Por qué no eres un hombre solo por una vez en tu vida? ¿Qué tiene que se haya fletado a la gente de tu ex mujer? A mí me agrada.
—Cásate con ella.
—No porque te enojas y no quiero que sigas viviendo bajo mi sombra.
—Cabrón —mascullé.
—Ella te gusta, estás enojado porque crees que la situación con Clau está a punto de repetirse…
—¡No! ¡Ya, déjalo!
—Es verdad y no me pinches grites, no seas irrespetuoso conmigo, chingada madre, sigo siento el jefe hasta que me cargue la chingada ¿Entiendes?
—Ya pues, no te sulfures ¿Para qué querías que viniera?
—El lobo de Londres se nos casa.
—¿Qué?
—Corey se va a casar con Rachel en Oxford y como yo no puedo caminar, ni salir de aquí ni a tomar el sol, irás en representación de la familia con Nadia como compañía.
