CAPÍTULO C "SIEMPRE DE TI, JOSÉ MANUEL"

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Después de estar en mi celda de aislamiento por no sé cuántos días, me dejaron salir a comer al pabellón

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Después de estar en mi celda de aislamiento por no sé cuántos días, me dejaron salir a comer al pabellón.

—Cuando termines tus alimentos puedes ir a tu celda —asentí para la custodio y me senté a comer; como de costumbre, la televisión estaba encendida y me quedé mirando las noticias, vaya vaya con la farándula.

“En otras noticias, fuentes confidenciales aseguran que el empresario y filántropo sinaloense José Manuel Aragón, ha perdido la vida ayer por la noche en un hospital de Italia debido al cáncer que padecía, por parte del equipo de producción, enviamos a su familia nuestras sinceras condolencias.”

Me quedé congelada mientras, en cadena nacional, pasaban imágenes de mi José Manuel en diversos eventos que patrocinaba, la gente lo tenía en el ojo público por esto, por su constante apoyo a diversas asociaciones. Apreté las manos, mis ojos se llenaron de lágrimas.

—No, no puede ser —dije—, él no me haría algo así —me levanté, aún adolorida por lo que había sucedido aquí.

—Santoy, vuelve a tu asiento.

—¡No! ¡Él no puede estar muerto! ¡Seline! ¡De qué se trata esto! ¡Hija de puta! ¡Seline! ¡Rebeca! ¿Qué es lo que quieren? —ellas se acercaron para controlarme, pero no se podía, estaba fuera de mí misma, así que las agredí a todas, hasta que vinieron más y ya no pude con todas, me llevaron a mi celda y me aventaron, perdí totalmente la cordura, grité, rompí mi blusa y azoté las manos en el suelo.

—Patrona ¿Qué pasa?

—Me quiero morir Cleo, ay Dios mío, Dios.

—Patrona —forcejeaba conmigo, estaba dispuesta a matarme en este momento sin pensar en nada más, Cleo es mucho más grande y fuerte que yo, sin embargo le di mucha guerra, cuando logré zafarme de ella, víctima de mi locura momentánea, pude golpearme fuerte la cabeza, Cleo de inmediato buscó detenerme la hemorragia mientras yo trataba de evitarlo.

—Cleo, déjame, déjame.

—¡No patrona! ¡No la voy a dejar!

Después de forcejear conmigo hasta el cansancio, me soltó, ya no tenía energía para nada, me senté en el suelo, sintiendo mis ojos hinchados de tanto llorar.

—José Manuel murió anoche, Cleo.

—¿Qué?

—Por eso se fueron todos, por eso nos abandonaron, porque él ya no podía más, por eso ya no me escribió —Cleo me entregó un libro.

—Se perdió en el pabellón ocho, pero lo devolvieron, creo que es para usted, la dejaré sola.

Me quedé sentada en el suelo, me limpié las lágrimas y abrí el libro de la pasta para sacar la carta, reconocí de inmediato su letra.

Mi amada rosa roja:

Sé que dije que ya no te escribiría, pero pienso demasiado en tí como para no hacerlo, te extraño muchísimo, me duele tanto el corazón que no sé cuánto tiempo pueda soportar sin ti. Ayer estaba recordando el día en que te conocí, no sabes cuanta paz me regala todo eso, tus groserías y tu forma altiva de ser, recordé también la primera vez que nos besamos, esa noche que fuiste víctima de la cannabis y yo del amor que ya sentía por ti.

🌹・𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐨𝐦𝐨・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora