CAPÍTULO XXX "SEMI CONSCIENTE"

461 56 83
                                    

RICARDO ARAGÓN

No podía dormir, desde que supe que José Manuel está enfermo simplemente no puedo dormir, Bárbara se quedaba a dormir aquí por dos situaciones, podíamos cuidar a los niños y de paso me vigilaba.

— Kiki.

— Duerme Barb.

— Ricardo, no ganas nada velando.

— No lo entiendes porque no lo has vivido y realmente agradezco eso, que no me entiendas.

— Ricardo.

— Bárbara, esa enfermedad me quitó a Laura, no quiero perder a mi hijo.

— Lo sé, no olvides que es mi yerno también, es loco, intenso, necio, controlador pero me agrada mucho, ama a mi hija y es lo único que quiero, yo tampoco quiero que le pase nada malo.

— No sé cómo ayudarlo.

— Ricardo, no me gusta verte así, te vas a enfermar, por favor, tienes que dormir.

— No puedo, no puedo con la angustia.

— Te voy a decir una cosa y no me importa si te enojas, si no duermes no voy a tener más opción que hablar con tus hijos y decirles lo que pasa contigo.

— No sé, siento que debería estar haciendo algo por mi hijo y no durmiendo.

— Tienes que dormir, tu hijo necesita que lo protejas ahorita, eso es lo que debes hacer Ricardo, dormir para poder protegerlo cuando lo necesite ¿Entiendes?

— Dios, me voy a volver loco — se levantó de la cama y me abrazó.

— No quiero verte así y tú hijo tampoco, se va a dar cuenta, sabes cómo es, por favor Ricardo, él estará bien, mejorará, es un niño muy fuerte, ven, ven, vamos a dormir — me tomó de la mano y me llevó a la cama, miraba directo a mis ojos, en serio, no saben cuándo he llorado los últimos quince días, ni yo mismo sabía que tenía tantas lágrimas —, Ricardo, ese niño nació peleando, seguirá haciéndolo y bien, estará bien, haremos lo que sea necesario para que mejore, pero no estará feliz si enfermas ¿Comprendes?

— Sí, solo que no puedo evitarlo.

— Yo aprendí muy bien que de nada me servía estar en vela, tenía que proteger a mis hijos de su propio padre y no había tiempo para perderlo, así que vas a dormir y mañana iremos a ver a Manuel ¿Okay?

— Sí, gracias Barb.

— Te amo.

— Yo también te amo — respondí, cerré los ojos y me quedé dormido, por primera vez en tantos días, desperté hasta muy entrada la mañana, eran cerca de las ocho y media cuando decidí que había estado en cama lo suficiente —, buenos días.

— Hola, buenos días — me levanté y entré a la ducha, cuando bajé a desayunar Xavier y Stephen hablan de algo importante.

— Buenos días papá.

— Hijo, buenos días, buen día Stephen.

— Buenos días don Ricardo.

— Voy a ir a ver a tu hermano, Xavier, cualquier cosa por favor atiende, no quiero que me llamen a menos que la vida de alguien dependa de mí, necesito hablar con tu hermano.

— Sí papá — tomamos camino al hospital, Bárbara vino conmigo, nos encontramos a María en la sala.

— Hija.

— Buenos días mamá, señor — le besé la mejilla y también a mi nieta.

— ¿Manuelito?

🌹・𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐨𝐦𝐨・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora