A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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CULIACÁN — SINALOA, MÉXIO.
03 DE OCTUBRE.
Después de una movida logística pudimos reunirnos todos los interesados en que al Aragón le salieran las cosas mal.
— ¿Cuál es tu idea?
— Creo que todos estamos hartos de tener a José Manuel Aragón en medio de todo, porque, a decir verdad, él es el que se encarga de que la existencia de los Aragón en general moleste demasiado, la primera idea es obtener información que nos pueda ser útil.
— ¿Por qué sería tan fácil? — cuestionó el subsecretario.
— José Manuel no tiene vicios nocivos tangibles, es un sujeto muy controlado dentro de todo, pero, todos tenemos una debilidad, la de José Manuel son las mujeres.
— ¿Piensas ponerle una trampa para obtener información?
— En especie, en unos días tiene que llevarse a cabo una fiesta por las vinatas, por eso me interesaba que el señor gobernador estuviera aquí, necesitamos que nos prepare el terreno, nosotros nos encargaremos del resto.
— La logística para el evento está casi concluida, así que cuenta con ella para lo que sea que estés planeando.
— Gracias señor gobernador.
— ¿No es más fácil matarlo?
— No olvidemos que José Manuel es la abeja reina aquí, si hacemos algo mal, las abejas atacarán y eso son, un enjambre, vamos a jugar a otra cosa con el Aragón, nos irá bien, se los aseguro.
— Más te vale, no voy a arriesgar mi cuello por nada.
— Sin inconvenientes señor subsecretario, agradezco su confianza — todos se retiraron, me quedé pensando en cómo haríamos esto de tal modo de que cuando el Aragón se de cuenta, ya habremos hecho lo nuestro. Estaba reflexivo cuando mi móvil sonó — ¿Quién?
— ¿Qué conseguiste?
— Carolina, acabo de terminar de hablar con ellos, están de acuerdo, la fecha para el evento es en tres días, así que tienes que prepararte.
— ¿Y si se quiere comer a tu mujer?
— Todo sea por el bien del equipo, deja de insinuarme, parece que siempre tengo que ser el que sacrifica más, así que cállate, adiós — le colgué, es la oportunidad que tenemos para que el Aragón comience a atarse al cuello el ancla que lo llevará a tocar fondo.
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