A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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Al día siguiente José Manuel no volvió, Tatiana dormía aquí, se había puesto más hermosa y el cabello no se había tardado en aparecer, me miraba sonriente, ella estaba más feliz de la cuenta y me toca ser el hijo de puta que termine con eso, no puedo mentirle más.
—¿Te duele? Con las terapias te moverás más rápido y dolerá menos.
—Me duele, pero no es un dolor que se quite con terapia o algo parecido, Tiana.
—¿De qué hablas?
—Siéntate Tiana, no es fácil lo que voy a decir —tomó asiento con suavidad, no dejaba de mirarme y yo no tenía el valor para hacerlo.
—¿A.B?
—Me acosté con Claudia, Tatiana.
—¿Qué?
—En Culiacán, cuando acompañé a Chema al hospital, nos topamos Claudia y yo en el bar, bebimos unos tragos y me acosté con ella —sus labios temblaban—, no te puedo decir que sé con entereza lo que sucedería, pero el día que murió estábamos juntos y me sentí capaz de decirte que no podía continuar, miré atrás y me convertí en un pilar de sal, Tatiana.
—Yo…
—No te estoy pidiendo que me perdones, porque no soy de esos, creo que cuando sabes que vas a tener que pedir perdón es un acto de mala fe, no quiero que me perdones si no quieres, mira, tal vez nada de ésto funcione y yo no pueda moverme de nuevo, pero quiero que estés consciente de que te digo esto porque me cansé, toda mi vida he mentido, perdí a Claudia, amigos, Chema no quiere ni verme, no estoy listo para perderte, pero estoy listo para dejarte ir si eso es lo que quieres.
—Yo sabía que la amabas.
—Eso no me justifica, no debí hacerlo, pero lo hice, no me arrepiento de haberte dado mi corazón aunque tarde descubrí que no iba completo y tampoco me arrepiento por el hecho de dejarle el resto a ella, estaba lista, ella había aceptado que todo terminó pero ese día yo entendí que no, para mí no había terminado y siento tanto hacerte sentir de ésta manera, te aseguro que no miento cuando te digo que es una daga en mi corazón.
—Yo… no sé qué decir.
—No tienes que decir nada, no tienes que quedarte si no quieres, yo rompí mi compromiso contigo de la manera más cobarde posible y si no quieres dejarlo pasar no lo hagas, comprenderé, el culpable de todo esto soy yo, por no saberme escuchar a tiempo —bajó la mirada y rompió a llorar, no escuché a José Manuel en su momento y el pago que me tocó aportar es demasiado alto.
—Yo te amo, Yordan.
—Me gustaría decir lo mismo, pero no puedo porque fallé, el amor no se equivoca, Tiana, si quieres irte, lo entenderé.
—No tengo a donde ir ¿Lo olvidas? ¡Desafíe al noreste por ti! ¡Y me fallaste!
—¿Y qué quieres que haga? ¿Fuiste feliz cuando supiste que morí?
