Estaba nerviosa, no quería que José Manuel hiciera éste desorden más grande, yo siempre veré a Eric como un buen amigo, alguien que estuvo cuando lo necesité, pero este hombre parece ser especialista en los malos entendidos. Lo vi bajar las escaleras y salir a la terraza, no sé de tiempo a la fecha qué me sucede, pero simplemente quiero que estemos bien.
— ¿Manuel? — suspiró — ¿Qué pasa contigo?
— ¿Tienes dudas sobre el por qué no golpeé a Eric?
— Eric no me ha hecho nada indebido ¿Desde cuándo eres celoso?
— Nací teniendo celos.
— ¿Qué pasa? Te ves enfermo.
— No comiences.
— Los lentes y el inusual gorro que traes, sin mencionar la vestimenta no son eficientes conmigo porque te conozco ¿Qué pasa?
— Han sido dos meses difíciles.
— También para mí, creí que la bebé no lo lograría, se puso malita hace tres semanas, pero lo logró, es muy valiente — me acomodé mejor a la pequeña — ¿Puedo? —dije refiriéndome al costado libre del sillón en el que estaba, asintió — Creo que lo que nos pasó hace dos meses nos cambió a todos, pero a ti, pareces otra persona.
— Hasta el peleador más fuerte se cansa de dar guerra María, así funciona esto.
— ¿Estás cansado?
— Sí.
— Dime que no son drogas por favor.
— No... No, claro que no, me ha costado mucho trabajo recuperarme de todo aquello, hablo físicamente, porque anímicamente lo volvería a hacer, cada acierto y error que cometí, lo volvería a repetir tal cual.
— Dicen que... Mataste a Gael Vallejo muy feo.
— ¿Crees que la muerte es hermosa? Nunca vas a matar a alguien de forma linda, solo puedes darle o quitarle dignidad y fui feliz al ver cómo suplicaba por su mísera vida.
— ¿Has ido al psicólogo?
— ¿Qué? ¿Quieres que le diga a un psicólogo que maté a alguien con una sierra eléctrica? ¿Cuantos minutos crees que le tomaría llamar a un psiquiátrico? ¿Dos minutos? ¿Tres?
— Creo que lo necesitas, se ve que duermes poco.
— Es por pensar en ti — mi estómago saltó, vaya, ahí está el José Manuel que conozco, detrás de esas gafas de hipster, sin barba y con un gorrito que no va con su estilo, pero se logra ver muy bien.
— Yo también pensé en ti — me miró.
— Irela pues.
— ¿Qué?
— Ya va a comenzar a hablarme bonito ¿En qué quedamos con la piedad que le pedí antes?
— La tienes — miró a la niña — ¿Quieres? ¿Quieres cargarla? — tragó saliva, asintió, sonreí, me levanté para dársela en brazos.
ESTÁS LEYENDO
🌹・𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐨𝐦𝐨・🌹
Fiksi RemajaA escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...