CAPÍTULO XXXII "SENSACIONES EXTRAÑAS"

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10 DE NOVIEMBRE

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10 DE NOVIEMBRE

¿Recuerdan qué día era cuando ingresé al hospital? Porque yo no. Lo que sí sé es que me tiré cerca de un mes aquí y no saben los demonios de los que me hice y otros que crecieron nada más. Entré a éste hospital moribundo y salí sin bazo, con cuatro ciclos de quimio encima, la espalda jodida y no voy a mencionar mis piernas.

Estaba listo para irme a casa, la silla de ruedas era cómoda pero más le vale a la hija de puta que no se acostumbre a mí. Laura nos regaló a mis hijos y a mí un gorro igual, así que los tres salimos del hospital muy a la moda, aún no terminaba de abandonar el sagrado nosocomio cuando tuve mi primer reto: moverme al coche.

— ¿Te ayudo?

— Yo puedo — le dije a mi hermana y no objetó pese a que moverme las piernas era aún muy doloroso, fui hábil para mí estado y terminé arriba del coche.

— Hola papito — mi hijo me besó la mejilla —, vamos a casa, ho aggiunto l'acqua alle tue rose.

— Oh, gracias, le pusiste agua a mis rosas, grazie mille, ti sono grato, figliolo.

— También cuidé a la bebé, le gusta babear mis juguetes.

— Eres un muy buen hermano — Laura abordó la camioneta, sabe que odio que me vigilen, así que vino sola por mí y eso estaba muy bien. Josué puso en marcha el auto hasta el rancho, otro poco y olvido cómo es aunque lucía, pues, diferente.

Me tomó mi tiempo bajarme y quise no haberlo hecho cuando vi a todos en mi casa invadiendo como Napoleón a Europa, estaba a punto de la erupción cuando vi a Jossie con mi Joss vestiditas de rojo, hubieran visto cómo me cambio la cara de encabronado a cara de imbécil.

— Bienvenido mi amor — me besó los labios, con disimulo metí la mano bajo el vestido mientras nos besábamos, me quitó la mano —, ahorita no, gordito, qué vergüenza — sonreí con malicia.

— ¿La rampa es para la carreola de la juniorcita verdad?

— Entre otras cosas.

— Oh mamacita linda, ven aquí princesa de mi corazón — la abracé, ella estaba contenta de tener a papá en casa, tan es así que atacó mis lentes —, qué pasa mi hermosa.

— Qué gusto tenerte aquí hijo — me besó la frente papá, Eva se acercó y me besó, en realidad todos me besaron y después de comer, Laura corrió a todos para dejarnos sólos.

— Amor, mi mamá se llevará a la niña.

— ¿Por? Mi hija no me estorba chula.

— No es eso mi amor, tengo que estar al pendiente de ti al menos dos días, no quiero que vuelvas al hospital, así que mamá atenderá a nuestra niña como se merece ¿Está bien?

— Si lo consideras mejor, está bien, necesitas descansar también, mi papá y tú mamá pueden ensayar para que no se atrevan a tener hijos.

— Ay cállate, te imaginas ¿Un hermano entre tú y yo?

🌹・𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐨𝐦𝐨・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora