A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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5 DE JUNIO
Después de aquel alboroto no pasó gran cosa, Eva llegó a Badiraguato, estuve un tiempo con mi familia, pero como dicen por ahí, no hay bien ni mal que dure cien años ni cuerpo que lo aguante, tuve que volver a Culiacán cuando supe que mis tíos estaban hostigando a mi papá y necesitaba una mano que Xavier ya no estaba en condiciones de darle.
Pese a que el clan de los Aragón estaba completo, no nos dábamos abasto con las balas, miraba a Laura, Fran y Cinthya y lamenté mucho haberlas dejado venir, pero se nos encimaron todos y no hubo de otra.
—No veo a tus tíos, es probable que no vinieran ¿No? —dijo Julián muy cerca de mí mientras cambiaba el cartucho de su arma.
—A esos cabrones les bajó el pene en el último momento, iban a ser mujeres y ve, al final que disque machos, es obvio que no iban a venir, mandan a sus puercos y ya —me canso con facilidad y no es novedoso que lo diga, mis tíos habían gastado una fortuna contratando cerdos para tirarnos la plaza de Culiacán y poder controlar Sinaloa. Creo que está de más que diga que eso no lo voy a permitir.
—Hijo —escuché la voz de mi papá, el tono no me gustó para nada, lo busqué entre tanto aliado hasta que lo vi sentado detrás de una columna con la mano sobre el hombro.
—¿Pá? —no me tuve que acercar mucho para darme cuenta que estaba herido, suspiré y busqué a Laura— ¡Güera! ¡Mi papá está herido! ¡Tenemos que sacarlo de acá!
—Estoy bien mijo, ven conmigo, no quiero que estés aquí, ven, no seas necio.
—No puedo papá —Polo se acercó y protegió a Laura, revisó la herida.
—No es grave pero está perdiendo sangre, tenemos que sacarte de aquí papacito —dijo mi hermana y al parecer nadie estaba en desacuerdo, Polo ayudó a mi papá a levantarse—, Chema ve con él.
—No, te vas tú.
—Estás muy cansado ya, llevamos dos horas a puro tiro limpio, si los de la DEA llegan acá no vamos a tener oportunidad de sacarte de aquí.
—No te preocupes, llévate a mi papá.
—¡No seas necio!
—Ésta es mi plaza Laura, si quieres mandar vete a Texas, llévate a mi papá, los alcanzo cuando termine —sé que no siguió con esto por no discutir con una pared -es decir, conmigo- y siguió a Polo hasta la camioneta mientras el núcleo de protección se cerraba por órdenes del mismo Polo, tomé un respiro, el arma de mi viejo y volví a disparar, tres tiros me aterrizaron en el muro y casi me toca, farfullé.
—¡Fidel! ¡Dónde chingados está Xavier!
—Dijo que ya venía.
—¿Viene de rodillas o qué chingados?
—Chema, vamos a tener que retroceder, están llegando muy rápido a nosotros.
—Si retrocedemos van a tomar la plaza y prefiero morirme aquí que permitir eso, mientras tengamos con qué, tenemos que disparar y ya.
