A escasos dos meses de aquellas muertes, es lógico pensar que los problemas del clan Aragón recién comienzan. Con una cartera repleta de enemigos, deberán enfrentar cada obstáculo con el único objetivo de salir victoriosos, para ello, tendrán que ha...
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Cuando vi a José Manuel salir con Tatiana supe que ya se lo había contado a mi hermana, así que fui a buscarla, estaba sentada en la cama, Gaby estaba con ella y ninguna de las dos se miraba conforme con la situación, Gaby se levantó en cuanto me vió, salió de la habitación y me dejó a solas con María José.
—¿Por qué hace esto Julián?
—Porque es un hijo de puta, porque le gusta jugar con nosotros, porque le gusta que le tengamos miedo como siempre, por eso no mató a Yordan, pudo hacerlo, pero no sería divertido, somos su puto parque de diversiones.
—Claudia no tenía la culpa.
—Chema tiene una teoría y creo que es tan acertada que me da escalofríos, tuvo que ver con el intento de secuestro de la Josita.
—¿Qué es lo que quiere?
—Todo, cree que José Manuel no tenía debilidades hasta que se enamoró de ti y tuvo a esa niña, sabe que él haría lo que estuviera en sus manos con tal de salvarla, entregarle Sinaloa y después su cabeza, lo sabe, Claudia le arruinó la fiesta.
—Ella no tenía que morir Julián, ella solo salvó a mi hija.
—Esto tiene que terminar, hermana.
—No empieces, José Manuel me dijo lo mismo, no los quiero cerca de ese maldito.
—Si todo empeora no podremos pararlo, es momento de que pague todo lo que ha hecho.
—Julián, me hiciste una promesa.
—Y he de cumplirla, hermana, antes corre mi sangre que la de José Manuel, te lo prometo —le besé la frente—, duerme, cuando nos vayamos te lo haré saber.
—Estaré en vela a partir de ahora, maldita angustia.
—No puedes estar así, le hace daño al bebé.
—Tengo miedo Julián, esto solo me ha demostrado lo vulnerables que hemos sido siempre, no quiero perder más, no quiero perder a nadie.
—Tranquila, todo estará bien, ya verás —la abracé hasta que José Manuel volvió a la habitación, se sentó en la cama y exhaló con tanto pesar.
—Nos vamos Julián.
—Nos vamos.
—Chema por favor, no lo provoques ¿Sí? No ahora, espera un poco, no quiero perderte.
—Mi reina, usted no me perdería ni aunque quisiera —la besó—, volveré pronto, ya me despedí de los niños, en cuanto se calmen las aguas me devuelvo para acá.
—Promete que volverás bien.
—Que así sea, mamacita linda, te amo.
—Y yo te amo a ti —no quería soltarlo, se aferró a él y lo besó varias veces.