♡•°.: → TodoBaku aprendiendo a cocinar es tipo...
La pareja se encontraba tranquilamente recostada en la amplia cama, jugando con su pequeño, el cual se encontraba entre ambos. Los pequeños quejidos y ladridos del cachorro hacían reír al menor, ya que de alguna u otra forma, siempre terminaba relacionándolo con su prometido.
Aunque su felicidad no duró mucho.
— En un par de días tengo que viajar con mis padres fuera del continente por trabajo de ellos, y necesitan ayuda. Me la pidieron y no tuve más opción que aceptar. — el bicolor levantó su mirada hacia quien le hablaba. Katsuki le sonrió levemente, y luego pasó de acariciar a su pequeño, a acariciar la mejilla del medio albino.
— ¿Cuánto tiempo? — preguntó en voz baja Shōto, acomodándose mejor y tomando a Boomie entre sus brazos, para poder apegarse a su pareja sin hacerle daño al animal.
— No lo sé, me dijeron que entre dos semanas a un mes. — el frío se extendió lentamente por la habitación, alertando al cachorro, quien comenzó a ladrar.
— Creo que voy a morir en ese tiempo. — Katsuki le miró divertido.
— ¿Por qué dices eso, imbécil? — preguntó entre ligeras risas, aún acariciando la mejilla de su contrario, pellizcando de vez en cuando esta.
— Entre que muero congelado, o intentando cocinar, no sé cuál es la más probable y rápida. — el cenizo se sentó de un momento a otro y le miró por unos segundos, antes de pararse y pasar por encima de su novio —casi yéndose de bruces al suelo al enredarse con el peluche a su lado—, para luego hacer que su contrario se parara también.
— Ven, te voy a enseñar a cocinar lo básico, al menos así no mueres de hambre y no tienes que estar comprando todos los días algo por delivery. — tomó su mano y le guió hasta el primer piso, y luego a la cocina. El cenizo se separó del chico para comenzar a buscar las cosas que necesitaba, mientras que Shōto se quedó a un paso de la puerta de la cocina, mirándole.
Katsuki se volteó hacia su chico una vez acabó, y le enseñó una cuchara cuadrada de palo. El menor se exaltó ante esto, pero la tomó con cuidado. Su contrario le sonrió y luego volvió a sujetar su mano con dulzura para acercarle hasta el lugar donde cocinaría.
— Y... ¿Qué me vas a enseñar a hacer? — sin soltar su mano, el cenizo agarró una bolsa llena hasta la mitad.
— Arroz. — anunció, para luego apoyarse en la encimera. Dejó la bolsa en su lugar y luego le entregó una pequeña olla a su pareja, quien miró esta con algo de curiosidad. — Ponla sobre el fogón y préndelo.
El bicolor lo miró y luego asintió, se volteó hacia la cocina, puso la olla sobre esta y luego volvió al mayor.
— ¿Cómo se prende? — de cierta manera, aquello se le hizo algo tierno al cenizo. Este rió bajo y se posicionó detrás del menor, pasando sus brazos por ambos lados de este, una mano alcanzando la perilla, y en la otra un mechero largo.
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TodoBaku In...
FanfictionDistintas situaciones en las que se podría encontrar esta pareja.