♡•°.: → TodoBaku enfrentando una sordera es tipo...
Eran más o menos las cinco o seis de la tarde, cuando ambos chicos comenzaron una leve discusión en su pequeña casa.
Era algo realmente tonto, pero para ellos era algo más bien importante.
— ¡Ya te dije que no iré! ¡Punto final! — acabó la discusión el mayor, acorralando a su pareja contra la pared y haciendo un gran estruendo con su mano derecha a un lado de la cabeza del chico. La explosión fue tal, que obligó al bicolor a tirarse hacia un lado, sobre la cama, tapando su oreja izquierda y quejándose.
El rubio le miró por un par de segundos, hasta que el menor se volteó para enfrentarle nuevamente, pero, sus ojos se cristalizaron rápidamente, haciendo una mueca y a punto del llanto.
Entre sus dedos, una pequeña gota de sangre bajaba hasta su muñeca. Los ojos del mayor se abrieron de par en par y sus pupilas empequeñecieron. Se sentó a un lado de su novio y sujetó su rostro con ambas manos, con suma delicadeza.
Su corazón dio un vuelco al quitar los dedos del bicolor y ver que acumulado en estos había aún más sangre, la cual salía directamente del oído izquierdo de este.
De inmediato comenzó a hablar rápidamente. Un millón de disculpas salieron de sus labios, palabras que jamás nadie creería escucharía viniendo de él. Pero, lamentablemente, su contrario no le escuchaba.
Un pitido inundaba su oído, sin dejarle procesar nada, ya que era realmente molesto. Mientras que con el otro directamente no escuchaba nada.
Sus lágrimas ya habían comenzado a resbalar por sus mejillas. Respiró hondo y musitó un "No te oigo." que hizo a su pareja dejar de hablar.
— ¿Qué? O-Oye, bastardo. E-Esto... Me oyes, ¿verdad? — Shōto sólo podía ver cómo movía sus labios, sin llegar a descifrar ni una sola palabra.
Esta vez el que iba a comenzar a llorar era Bakugō, más arrepentido que nunca por haber hecho esa estúpida explosión.
— Sh-Shō. — llamó su atención. El nombrado le prestó atención, sabiendo perfectamente que había pronunciado su nombre. — Ca-Cariño... lo siento. — soltó al último con la voz entrecortada y temblando. Abrazó a su chico con fuerza, acariciando su suave cabello. Sabía que no podía hacer mucho ahora mismo, pero unos pequeños mimos para que se calmara y se le fuera el dolor poco a poco estaba bien... o al menos así lo sentía el menor.
Luego de aquello pasaron un par de horas, en las que el rubio se la pasó mimando a su novio, acariciando su cabeza y rostro con dulzura, ambos tumbados sobre su cama, mirándose fijamente.
Shōto aún no podía escuchar del todo bien con ninguno de sus dos oídos, pero ya podía distinguir un poco las palabras que le dedicaba su pareja.
Esta última había limpiado delicadamente la sangre del contrario y, luego de haber hecho eso, depositó un suave beso en su frente a modo de disculpa.
Shōto, al recordar aquello del día anterior, un par de lágrimas surgieron de sus ojos y bajaron nuevamente por sus mejillas, las cuales secó rápidamente su contrario, para luego apegarse a él y abrazarle protectoramente.
Seguramente en un par de horas se le pasaría...
Hola, estoy medio sorda, qué tal, adiós.
ESTÁS LEYENDO
TodoBaku In...
FanfictionDistintas situaciones en las que se podría encontrar esta pareja.