♡•°.: → TodoBaku haciendo de niñeros es tipo...
Eran cerca de las doce de la tarde, cuando cierto chico pelivioleta llegó a la casa de la pareja con cierta pequeña niña albina. Esta iba con un vestido que simulaba al traje de un pequeño oso grizzly. Traía una capucha con orejitas del mismo animal, cosa que le hacía ver bastante tierna.
El mayor tocó al timbre de la pequeña casa, cosa que medio despertó a ambos chicos, quienes estaban casi dormidos en su cuarto. Mientras se levantaban, el menor recordó.
— Es verdad, debemos de cuidar a Eri-chan. — murmuró, saliendo del cuarto con rapidez y bajando las escaleras.
— ¿Qué? ¿Por qué? — preguntó algo confundido e irritado el cenizo, haciendo un pequeño puchero al saber que su día de descanso total junto a su novio había sido interrumpido.
— Porque Shinsō no puede. — respondió, a punto de abrir la puerta de entrada.
— Pues que la cuiden sus padres, por algo existen. — Shōto le miró con el ceño levemente fruncido, haciendo al mayor suspirar. Se dio la media vuelta y fue directo hacia la cocina, en busca de algo de leche para beber.
El bicolor abrió la puerta con una leve sonrisa, encontrándose a ambos chicos detrás de esta. Bajó su mirada hacia la pequeña, quien jugaba con sus manos algo nerviosa.
— Gracias por ayudarme a cuidarla este fin de semana. — agradeció el pelivioleta, inclinándose levemente y quitándose la mochila de color rojo que traía en su espalda, tendiéndosela al menor. — Algo de ropa para Eri... Aizawa me obligó a guardarla así que...
Shōto asintió y la tomó.
— ¿Volverán pronto? — preguntó. Desde la cocina, el cenizo se apoyaba en el mesón, bebiendo del vaso y admirando el bello perfil de su chico que apenas lograba ver a veces.
— El lunes por la mañana estaremos aquí, no te preocupes. Es un evento algo importante y bueno, debemos de estar presentes. — el chico posicionó su mano detrás de su cuello con algo de nervios.
— ¿Quién se casa? — preguntó el cenizo desde dentro. Todos voltearon a verle algo desconcertados, a lo que este se encogió de hombros. — Suena a boda, ¿no crees?
Shōto soltó una leve risita.
— Bueno. — el bicolor volvió al chico que estaba fuera de su casa. — Ya me tengo que ir, se me hace tarde.
El menor asintió y bajó su mirada a la niña, a la cual le tendió su mano con una cálida sonrisa. Ante esto, Katsuki gruñó algo celoso. Ni siquiera a él le tendía la mano con una sonrisa tan linda.
Eri miró esta con algo de miedo, jamás había estado con aquél chico... no mucho tiempo, al menos. De vez en cuando su hermano mayor —o así hicieron que se acostumbrara que era—, iba a esa casa, pero no pasaban mucho rato, simplemente un par de minutos para pedir algo y ya está.
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TodoBaku In...
FanfictionDistintas situaciones en las que se podría encontrar esta pareja.