♡•°.: → TodoBaku encontrándose un gato es tipo...
El mayor de ambos chicos se encontraba tranquilamente sentado en uno de los sofás del salón, mientras escuchaba música en su celular, a través de sus auriculares, en un nivel medio, y a la vez jugaba con la pequeña bola de pelos a su lado.
Esperaba a su novio, quien había salido al jardín a atender una llamada importante, y de un remitente el cual no le quiso mencionar, ya sea por confidencialidad o cualquier otra cosa rara. Como sea, el tiempo pasó y, luego de unos largos minutos, que para el —anteriormente— cenizo se hicieron horas, el bicolor entró con un leve aire nervioso.
Katsuki levantó su mirada al sentir la vibración de su voz. Se quitó los audífonos y le puso atención.
— Ven conmigo un momento. — el mayor asintió y dejó al cachorro en el suelo, para luego levantarse y caminar fuera de su hogar junto a su prometido. Le siguió hasta uno de los árboles que había en el jardín trasero, donde se detuvieron y Shōto apuntó hasta cierto lugar.
El cenizo logró divisar un bonito gato amarillo trepado muy en lo alto del lugar. Hizo una mueca al ver esto.
Ambos chicos se voltearon al sentir a su pequeño seguirles y, a la vez, dar agudos pero bajos ladridos. Seguido de esto, un tierno maullido llamó su atención, y se voltearon a ver al felino. Sonrieron levemente, dándose una mirada y asintiendo al instante.
Katsuki se dedicó a tomar a la bola de pelos entre sus brazos y subirla a su cuarto, dejándole allí con las cortinas abiertas, de esta manera pudiendo verles claramente desde ese lugar. Cerró la puerta, y bajó nuevamente, encontrándose con su novio, el cual había ido en busca de una escalera.
Estando nuevamente a un lado del árbol, Shōto intentó acomodar esta última, siendo cuidadoso y escogiendo bien el lugar, cosa que comenzó a desesperar al cenizo, el cual se la arrebató y acomodó rápidamente en un lugar comprometedor y firme. Pero, de todas formas, el bicolor sujetó esta mientras él subía.
Aún estando en el último escalón de esta, no lograba llegar hasta el felino. Gruñó y trató de estirar nuevamente su mano derecha, y sólo faltando dos centímetros, aún si estaba en puntillas y estirándose lo más que podía, no lograba llegar.
Maldijo a su estatura repetidas veces, mientras su novio intentaba no reírse ante esto. Le pidió un momento para ir en busca de algo, y el mayor sólo asintió.
Shōto, estando dentro de casa, soltó un par de risitas y buscó un trapeador, a ver si el felino intentaba treparse a este y poder bajarlo pero, al volver, e intentarlo, sólo comenzó a maullar más y más.
Katsuki suspiró levemente y, al alzar nuevamente su mirada hacia el gato, observó cómo este estaba preparándose para tirarse y que le agarraran sin más, un salto de confianza. El cenizo soltó rápidamente el trapeador, importándole muy poco dónde cayera. Para la mala suerte de su novio, su aterrizaje fue en su rostro. Agachó su cabeza, quejándose mentalmente, intentando averiguar cuál había sido el mal que había hecho para merecer aquello.
Exageración, claro está.
Katsuki sujetó al felino con fuerza y bajó cómo pudo las escaleras, apegando al animal a su pecho para que no cayera. Una vez abajo, se lo enseñó a su novio, sonriendo levemente al estar feliz de poder rescatarlo.
Shōto le devolvió la sonrisa, aún más contento por ver a su novio alegre.
Lo metieron a casa y, luego de aproximadamente diez minutos, en los cuales Katsuki se dedicó a mimar al felino, y ambos discutiendo qué harían con él, decidieron mantenerlo con ellos hasta el día siguiente, o hasta cuando pudieran encontrarle un hogar.
Aunque ambos ya tenían en mente un buen lugar para el minino.
— Se llamará Naruto. Es amarillo cómo él, y está buscando a Sasuke. Por eso estaba perdido. Va por su camino ninja para poder convertirse en el mejor Hokage de la aldea. — el cenizo repitió estas últimas líneas muchas veces, haciendo reír a su novio. Parecía un niño pequeño relatando su historia favorita de súper héroes.
Al final del día, fueron a dormir. Les costó que su pequeño se acostumbrara a la presencia del felino pero, este último, al agarrar confianza rápidamente, no me importó mucho la bola de pelos.
Hasta terminó tumbándose entre ambos chicos a dormir con ellos, cosa que no le agradó nada al cachorro, quien decidió irse a dormir en una esquina del cuarto, donde se encontraba su cama.
A los pocos días, cierto pelimorado llegó en busca del felino. La pareja le había contado al chico sobre qué había pasado, y este simplemente aceptó quedarse a cargo del gato.
Katsuki le rogó silenciosamente —entre gruñidos y amenazas— que le dejara el nombre que él le había puesto, cosa que apenas entendió el violáceo, pero de todas formas aceptó.
Cuando el chico se marchó con el rubio minino entre sus brazos, el cenizo se volteó con una sonrisa hacia su novio.
— ¿Estás feliz? — el mayor asintió ante la pregunta de su contrario.
No podían quedárselo, eso lo sabían. Tenían a Boomie y con él era suficiente, además de que odiaban depender del padre del bicolor, y hasta para su pequeño debían, y que alguien más se uniera a la familia hasta que no tuviesen su propio dinero, era sólo fastidio para ambos.
Así que estaban felices de poder haber rescatado a aquél felino y encontrarle un hogar rápidamente. Al menos sabían que, dentro de una familia donde dos de los integrantes amaban con su alma los gatos y una niña que adoraba los animales, iba a estar más que bien.
Basado en hechos de la persona x otra vez JAKAK.
El gato está bonito, gente✨.
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TodoBaku In...
FanfictionDistintas situaciones en las que se podría encontrar esta pareja.