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♡•°.: → TodoBaku paseando es tipo...
Katsuki estaba de lo más tranquilo jugando en la computadora, cuando su novio entró por la puerta del cuarto, llevando en brazos a su bola de pelos.
Sonrió ligeramente al verle con un pequeño arnés color naranja que resaltaba con su pelaje. Shōto realmente estaba enfocado en que fuera como su copia canina.
— Vamos, Kats, hay que pasear a Boomie. — anunció con una sonrisa, meneando en el aire suavemente al pequeño, quien le ladró bajito. El cenizo rió leve y asintió apagando todo y alistándose.
Salieron de casa y dejaron al pequeño sobre el pavimento una vez se aseguraron de que no quemara sus patitas. Al menos el día anterior había caído algo de lluvia, así que ningún problema.
Debían de aprovechar a entrenarle para que se quedara a su lado cuando se le necesitaba. Y que se diera la libertad de correr por ahí y volver cuando lo viesen necesario.
Así que en eso se la pasaron toda la tarde en un parque que siempre visitaban de adolescentes. Era bastante grande y con bastante pasto, el cual se había secado exitosamente con el sol.
Ahora mismo Katsuki se encontraba tirado sobre el césped, con su pequeña bola de pelos corriendo por allí junto a su novio, y de vez en cuando pasando por sobre él.
De verdad amaba que el menor se comportase así con el pequeño. Cualquier otra persona lo hubiera tratado simplemente como un animal más, pero su chico le trataba como si fuese realmente su hijo, y a él como el padre de este.
En una de aquellas pasadas por sobre el cenizo, Shōto tropezó y acabó en el suelo también, siendo atacado por el pequeño animal. Rápidamente se sentó y le ordenó que se sentara, a lo que le obedeció. El bicolor sonrió y acarició su claro, esponjoso y suave pelaje.
— A ver. — Katsuki también se sentó y llamó la atención de su pequeño, quien se levantó y se posicionó frente a él rápidamente. — Dame la pata, Bola. — pidió, posicionando su mano frente al pequeño animal.
Este lo procesó un para de segundos y, luego de estos, puso su pequeña patita sobre la mano del cenizo, quien la sujetó y meneó suavemente.
— Me encantan. — murmuró Shōto, ganándose la atención de ambos a su lado. El mayor sonrió y besó rápidamente la mejilla del menor, para luego mirar a su pequeño.
— Bola de pelos, ataca a tu padre. — ordenó, señalando a Shōto, a quien miró el animalito. Luego de volver a procesar la orden del mayor, se abalanzó hacia el bicolor, quien le sujetó en sus brazos, ya que quería llegar arriba, y lamió su cara con dulzura. Katsuki rió ante esto, grabándose aquella escena en la memoria.
Un lindo paseo familiar.
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