Capítulo Veinticuatro: Siembra buenas semillas...

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Capítulo Veinticuatro: Siembra buenas semillas...

Lan Zhan y Wei Ying se enredaron entre las sábanas una y otra vez, fue hasta que la noche cayó que ambos cerraron los ojos agotados. Para suerte de la pareja, HuaiSang se encargó de entretener todo lo que pudo a Jiang Cheng, sabía que le encantaba meter las narices en los asuntos de Wei WuXian, así que lo obligó a acompañarlo todo el día. El joven Nie tenía un par de asuntos qué tratar en Qinghe y terminó por empujar al Alpha en su recorrido.

Primero, visitaron un puesto de dulces en el mercado, la propietaria era una anciana de carácter suave y sonrisa desdentada, la encontraron formando un buey de azúcar con gran maestría -Abuela- llamó HuaiSang con alegría -¿Ese buey tiene dueño?

-Madame Nie- ella se inclinó en señal de respeto, antes de tomar el título solían tratarlo con más familiaridad, HuaiSang solía pasearse por las calles de Qinghe, pasaba por los puestos de frutas, saludaba a los comerciantes, hasta ayudó a un niño que perdió a su mamá, pero, ahora las personas lo veían de forma diferente.

-Abuela, abuela, no te inclines, tu espalda ya se encorvó lo suficiente- HuaiSang se apuró a frenar la reverencia y regaló una sonrisa animada a la anciana.

Jiang Cheng observó la escena con una sonrisa suave, en La Profundidad de las Nubes nunca conoció ese lado de la cara de HuaiSang, por lo general se limitaban a asistir a clases, salir a comer y corretear por todo el lugar, dos años pasaron desde que pisaron por primera vez La Profundidad de las Nubes, no eran más los niños sin preocupaciones que hacían rabiar a Lan QiRen.

-El buey aun no tiene dueño, si lo quiere se lo puedo dar- ella apuró su arte esforzándose aun más en ese buey de dulce.

-Abuela, tu habilidad es celestial, puedo preguntar ¿puedes hacer cualquier tipo de animal que te pidan?- HuaiSang tuvo una idea.

-Cualquiera que sea la petición de Madame Nie, esta humilde lo moldeará.

-Entonces, necesito dos conejos, otro buey, un oso y...- HuaiSang lo pensó por un momento, no estaba seguro sobre el último animal -Un leopardo de las nieves, sí, uno de esos.

-¿Por qué tantos animales?- preguntó Jiang Cheng que, hasta ese momento, se mantuvo alejado de lo que sea que planeara HuaiSang -Si te comes todos esos dulces no podrás dormir por la noche.

-Ah, ah, está bien, está bien- sonrió el Omega dando dos golpes suaves en el hombro del Alpha con su abanico -ChengCheng no tiene por qué preocuparse.

-¿Quién dijo que me preocupo? De cualquier forma, no eres mi problema, si no puedes dormir tu hermano puede dejarte inconsciente de un golpe, es una buena solución.

-No, no, mi Da-ge no haría eso, pero, si no puedo dormir siempre puedo buscar a ZeWu-Jun- Nie HuaiSang dijo aquello con total inocencia, como quien habla de las flores en primavera o de la lluvia que llegará pronto, pero, el joven de Yunmeng sintió que algo amargo resbaló por su lengua hasta su garganta.

-Buscar a una persona a mitad de la noche ¡Qué desvergonzado!- soltó con amargura.

-¿Eh? ChengCheng, no sé que estás imaginando, pero, Gusu Lan tiene métodos muy efectivos para la relajación, ZeWu-Jun tiene mucho conocimiento en piezas que interpreta en el guqin.

-¿Meditarás a mitad de la noche?

-No sería la primera vez- el joven Omega comentó con simpleza, Jiang Cheng negó con la cabeza dejando el asunto por la paz, después de todo, era cierto lo que HuaiSang decía, Gusu Lan cultiva en gran parte con la música.

Después de aquella pequeña discusión, HuaiSang y Jiang Cheng se marcharon del puesto de dulces, seguirían con su recorrido y después volverían por los animales de caramelo, antes de marcharse el joven Nie susurró a la anciana: -Abuela, te ruego, al oso debes darle una cara siniestra.

Echoes | WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora