Echoes | WangXian

Capítulo Sesenta: Primavera en el corazón I

Capítulo Sesenta: Primavera en el corazón I

Wei WuXian paseó sus dedos con suavidad sobre el pelaje suave y fino de un pequeño conejo, el clima era agradable, la primavera inició trayendo frescura y el aroma de las flores en el aire. Con el fin de la guerra el mundo por fin encontró paz y la vida de las personas siguió la rutina habitual, el mundo del Cultivo todavía se recuperaba de las bajas, muchos discípulos murieron en esos años, sin embargo, también existen personas que, alentadas por el actuar justo de los Cultivadores en la guerra, buscaron formarse.

—Pequeño conejo ¿quieres otra zanahoria?— preguntó Wei Ying agitando una zanahoria pequeña y tierna, la ofreció al animal que, después de olfatear el tubérculo de color brillante, hincó sus dientes comiendo con gusto.

Lan Zhan y Lan XiChen estaban realmente ocupados en esos días, la admisión de nuevos discípulos y su enseñanza absorbía mucho del tiempo de los hermanos, además, la administración de Gusu Lan no puede ser descuidada. Wei Ying deseó ayudar, sin embargo, todavía no se ha casado y existen algunas restricciones para él.

Con su prometido realmente ocupado, Wei WuXian decidió que sería más útil volviendo a Yunmeng, sus hermanos también necesitan una mano para reorganizar la Secta, además, es posible que YanLi también se case pronto, es necesario que todo funcione bien cuando Jiang Cheng asuma el liderazgo de Yunmeng Jiang.

—Estaré fuera un tiempo— Wei Ying habló a aquel pequeño conejo que comía con ánimo feroz —El tío lo está pasando mal, desde que volvimos de QiShan pasa los días en reclusión, su aspecto no es muy bueno y su corazón fue herido tan gravemente que me da miedo que avancen muchos años antes de que pueda recuperarse... En mi ausencia ¿pueden tú y tus hermanos cuidar de él? Si pasean algunas veces cerca de su ventana se sentirá mejor.

El conejo dejó de comer por unos momentos, observó a Wei WuXian por unos segundos como si aprobara su petición y continuó con su comida.

Después de alimentar a los conejos, Wei WuXian buscó a Lan Zhan, encontró a su prometido reunido con una pareja que desea hacer de su hijo un discípulo de Gusu Lan. Decidió no interrumpir y volvió por el pasillo, en uno de los salones los discípulos estudiaban concienzudamente las reglas, recitaban como si de eso dependiera su vida. Los recuerdos de la adolescencia volvieron suavemente acariciando su corazón, aquel año en la Profundidad de las Nubes cambió su vida para siempre.

Casi podía verse a sí mismo corriendo por los pasillos junto a HuaiSang y Jiang Cheng, subiendo al techo por la noche para encontrarse con Lan Zhan durante su patrullaje antes del toque de queda, las horas y momentos íntimos en el Pabellón de la Biblioteca cumpliendo su castigo. Incluso después de tantos años, Wei Ying todavía podría recitar de memoria las reglas de Gusu Lan.

—Cuando me castigaron y me vi obligado a copiarlas, solía preguntarme para qué me servirían— murmuró con una sonrisa suave —Y en realidad, quizás tenga que recitarlas con mis hijos en el futuro.

En el tiempo de su primer castigo su corazón se sintió molesto, su tiempo libre se iría en largas horas copiando reglas absurdas, sin embargo, resultó que aquel castigo lo unió cada día más a Lan Zhan. Todavía recordaba los sucesos de aquella Cacería Nocturna, la forma en que sus cuerpos terminaron presionados en aquella red, el aroma a sándalo de Lan Zhan invadiendo su olfato, el cuerpo frío rozando con el suyo y la unión perfecta de ambos. Si lo piensa bien, aquel fue su primer acercamiento sexual.

Si pasaran por esa misma situación en estos tiempos, Wei WuXian no dudaría y pasaría sus piernas por la cintura de Lan Zhan para presionarlo un poco más y enredarse entre besos y caricias obscenas.