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Sus ojos acariciaban suavemente las pastas de los libros, paseándose por los pasillos, mirando los estantes con centenares de libros separados y organizados por secciones, géneros y orden alfabético.

- Sung, deja de divagar. Tenemos trabajo que hacer.

Exaltado ante la repentina presencia de Hyunjin, salió de sus pensamientos volviendo en sí, pues de seguir de ese modo podría chocar con algo o peor aún, con alguien. Y la verdad es que no quería problemas.

No en ese instante.

- Sí, sí... Enseguida voy.- repuso el menor mientras tomaba lo que buscaba.

- ¿Sucede algo?- preguntó el más alto, parándose a su lado, dispuesto a escucharle mientras se encaminaban a la mesa.

- Nada de lo que no esté enterado, Jinnie.

Hwang asintió por inercia, mordiéndose la mejilla interna en un gesto de inquietud y duda, pensando periódica y minuciosamente en la pregunta que rondaba por su cabeza.

- ¿Estás así porque resulta que el sexo con Minho no fue tan satisfactorio?

Jisung lo miró de reojo, con su ceño ligeramente fruncido y sus ojos abiertos ampliamente.

- ¿Qué?- preguntó en respuesta.

- Puedo entender eso, no todos los alfas pueden cumplir nuestras necesidades. Es decir, quizá no es tan gran o tan rudo como y gusta.

- ¡Hyunjin!

- ¿Qué? La verdad ante todo, Sunggie.- dijo el nombrado con aires de inocencia.- Además, no puedes negar que así te gusta.

- Eres un maldito puerco, Hwang.- refutó en su lugar, mejillas arreboladas por los comentarios del más bajo con pensamientos insanos en mente (que no deberían estar ahí). Frunció el ceño.- Creo que pasar mucho tiempo con Seungmin te está haciendo mal.

- No metamos a terceros.- dijo Hyunjin.- Todos mis conocimientos fueron adquiridos por mi propia voluntad, además de una inmensa curiosidad.- explicó con desinterés, pues el omega no entendía la razón de la reciente reacción de Jisung.- Además, qué mejor que consultar a un especialista.

- ¿Especialista? ¿Te refieres a las páginas porno?

Hwang Hyunjin soltó una carcajada genuina. Al menos su menor no era tan idiota como comenzaba a creer.

- Exacto.

🍰

- ¿Han visto a Minho hyung? No lo encuentro por ningún lado.

- ¿Por qué lo estás buscando? No es como si lo extrañaras.

El menor bufó, no era para tanto. Además, jamás pensó que Minho se tomaría tan literalmente sus palabras.

«Minho, desaparece por un rato. Me estoy fastidiando con tu cara de culo y tus comentarios muy poco docentes hacia la cocinera». Esas fueron exactamente sus palabras. Esperó alguna maldición u insulto hacia su humilde persona, pero contrario a lo que pensó. Sólo se levantó y se fue sin decir palabra.

- Bin hyung, sabes cómo es él. Los peligros y los accidentes lo persiguen...

El chico se lo pensó brevemente, sus ojos entrecerrados, sus cejas fruncidas y sus labios presionados en una fina línea. Neutro e inescrutable.

Para sonreír con tranquilidad.

- Entonces no queremos que nos dé una señal...- dijo en su su lugar. Seungmin se mostró confundido.

- ¿A qué te refieres con eso?

Y supo a qué se refería Seo, pues justamente al terminar su frase, una explosión se escuchó cerca de la zona donde ellos estaban. Un revuelo de voces, gritos y lloriqueos de un aula en especial.

- Adiós, clases de laboratorio.

La puerta se abrió de golpe, brusca y tosca, y una silueta baja fue lo que pasó por la puerta, tambaleante y con sus rojas hechas jirones. Su cabello chamuscado y su rostro cubierto por una fina capa de ceniza.

- ¿Minho?- preguntó estúpidamente su hermano.

El aludido quiso responder, de verdad quiso, pero solo cayó de lleno en un impacto secó contra el suelo.

- ¡YA BASTA LEE MINHO!

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora