¡ya basta lee minho!

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Iban de aquí para allá, cruzando puertas oxidadas y misteriosas, atravesando pasillos oscuros y rodeando corredores intrigantes, pero no tenían tiempo que perder. Deleitándose y jadeando con asombro ante las "rarezas" que podían ofrecer un viejo y decadente aula que servía mínimamente como guarida. Debían salir bien librados de aquel lugar lo antes posible.

- ¡Chi-chicos ya... y-ya no pu-puedo...!

- Vamos, Felix, no has esto ahora, ¡No es el momento!

- Pe-pero, ya no puedo...

Y en realidad el chico tenía sus razones para detenerse, sentía que si no lo hacía sus pulmones sufrirían un colapso al no recibir rastro del indispensable oxígeno. Sí, muy exagerado probablemente.

- Bien, no podemos arriesgar... ¿¡QUÉ COÑO HACES IDIOTA!?

Changbin corría en dirección opuesta, dando grandes y largas zancadas para estar mucho más cerca del omega y poder traerlo con los demás.

- ¡LUEGO ME DESQUITARÉ CONTIGO, IDIOTA!- espetó el alfa, llegando con el omega, mirando analíticamente las condiciones de este para finalmente tomarlo por la cintura y emprender una nueva carrera.

- ¡Moriremos!¡MORIREMOS!- chilló el castaño envolviendo con fuerza sus brazos en el cuello de Lee menor, quién soltó un ruido ahogado, desorbitando sus ojos ante el repentino jalón que obstruyó sus vías respiratorias.- ¿Eh? ¡SEUNGMIN MÁS RÁPIDO!¡AYUDA!

- N-no... res...rar- el pelirrojo intentaba inútilmente quitar a Jeongin, no podría aguantar por mucho tiempo. Y las insistencias no, las exigencias del alfa, no aportaban mucho a su serenidad para controlar sus pensamientos y emociones.

Changbin pudo percibir lo que sucedía dando una fugaz mirada al trío, uno estupefacto, uno ahogándose y otro aportando a la causa.- Jeongin, lo estás ahogando.- dijo con voz impasible, sus gestos mostrándose con infinita neutralidad, transmitiendo en silencio muchas cosas.

- Oh.- los labios del mencionado se abrieron en una pequeña y perfecta "o", aflojando su agarre, escuchando el sonoro e extenso jadeo del mayor.- Jejeje, ¿ups?- se encogió un poco antes la furiosa mirada que le disparó Seungmin, acompañado de un gruñido, alusivo a su evidente disgusto.

Felix se aferraba con determinación a los hombros de moreno, sus ojos inundados de temor, sus extremidades y anatomía en general temblando ante el giro drástico de la escena, perdido y desorientado, manteniéndose silencioso esperando y aguardando poder salir de ese campo lúgubre y poco seguro.

Teniendo como única fuente de estabilidad el aroma de Changbin.

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- Shh...- posó un dedo en sus propios labios, dando a entender con claridad el necesario silencio.

Jisung, asintiendo, se agachó apoyando sus manos en el polvoriento suelo, esperando alguna otra instrucción para salir vivos de ese campo minado, aunque existían más posibilidades de que podían salir mal librados, perjudicados y castigados fuertemente que poder salir de allí.

- Minho...- el omega llamó en un susurro tembloroso al alfa, captando su atención, quién sólo lo miró fijamente, dándole a entender que podía proseguir.- Tengo miedo, hyung.

La fría y dura mirada de Lee se abalandó y su ceño se suavizó ante las palabras reveladoras de Jisung, expresando abiertamente como se encontraban en ese momento. Su mente atiborrada de teorías embarullada que solo lo abrumaban más.

- Todo estará bien, Sunggie, saldremos de este lugar y viviremos, o me dejo de llamar Lee Minho.- se puso de cuclillas, tomando delicadamente las manos entre las suyas presionando ligeramente, emanando a través de su aroma la sensación de calidez, confort y protección.

Porque Minho nunca permitiría que algo perjudicara a Jisung, aunque este poseyera un carácter temible. No era como todos los omegas.

Y eso fue lo primero que captó su atención.