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- No puedo creerlo...

- La verdad, no luce tan mal, así que deja el drama.

- ¿No luce tan mal?¿¡No luce tan mal!?- vociferó el peliazul, frunciendo sus bellas facciones mostrando cuan indignado y enojado estaba.- ¡No tienes ni la menor idea de en donde estamos, Minho hyung!

- Corrección.- alzó su índice con un gesto espectante.- No tenemos idea de dónde estamos.

El menor bufó, cruzando iracundamente sus brazos, apegando estos a su pecho, emanando un aroma más amargo-cualidad de los omegas-provocando una sutil molestia en la nariz de Lee. Avanzando sus pasos, sus oídos atentos y al pendiente de cualquier ruido o sonido por mínimo que sea. En ese momento todo era importante, Lee y Han estaban encerrados en una burbuja tensa, silenciosa y molestia, donde prevalencia el orgullo y la perseverancia. Sus aromas incrementados de acuerdo a sus emociones- no positivas precisamente-destilando amargura y picante.

Porque sí, el aroma del omega se volvía desagradamente amargo y el del alfa se volvía intensamente picante.

Minho aprovechó ese momento de amargura para poder apreciar con más detalle el deteriorado pero genuinamente interesante entorno, las mesas hechas con madera rústica algo desgastada, detonando en todos lados sus años de antigüedad. Los pilares agrietados de mármol blanco ligeramente descolorido, dándole un toque más auténtico y original. Las cortinas rasgadas de color rosa pálido, materializados en perceptible seda fina altamente delicada. La alfombra de terciopelo con un tenue color gris, todo polvoriento y sucio. Los estantes de madera consistente, de calidad duradera. Pero no todo se mantenía intacto, obviamente debía tener rasgaduras y magulladuras.

- Minho hyung.- Vaya, parece que el que daría su brazo a torcer sería Jisung.- Corre.

- ¿Qué?- le soltó con confusión. ¿Correr?¿Por qué?

- ¡CORRE!

- Creo que están por aquí... Juro que escuché algo.- se escuchó la voz del profesor. Tomó la mano de Jisung impulsivamente, arrancando sus piernas y dando una rápida carrera a ciegas. No pensaba racionalmente, sólo buscaba poner a salvo a Jisung y que no les encontrasen tan rápido.

🍰

- ¡Buh!

- ¡AHHHHG!

Felix sentía que el alma se le iba del cuerpo, lo habían atrapado. A él y al chico más vanidoso y lindo de toda la escuela, el omega más codiciado de entre todos los alfas que han pasado en cortejearlo y fallaron.

Inaudito.

- Shh, si gritas como perra histérica nos atraparán más rápido. ¿Quieres eso?

Su gesto cambió de horror a confusión. Esa voz... juvenil pero masculina, no era del viejete del salón, el aroma mentolado de su aliento recayó como un indicio de que todo estaba en orden, el aroma del alfa era simplemente adictivo, reconfortante. Olía a cuero y vino tinto. Para no ser un completo maleducado, negó reiteradas veces ante la interrogante del desconocido. Debía admitir que en todos sus años nadie había captado la atención de su lobo de esa manera.

- Bien, ahora retiraré mi mano de tu boca y no vas a gritar, ¿ok? No vas a gritar.

Sólo asintió esperando con paciencia. Tenía planeado de todo minutos atrás, pero envuelto en el hipnótico elixir de esa firme voz, su mente y sus sentidos estaban estabilizados, como si le hubieran sedado.

- ¡ABRAN PASO, POR LA PUTA!¡AHÍ VIENE EL VIEJO GRUÑÓN!¡Y NO PRECISAMENTE MINHO!

Hasta que la voz de Jeongin se escuchó lejana, pero clara de su aviso melodramático. Salió de su ensoñación, recayendo en un momento inoportuno.

Y ver a Seungmin ver a gelatina en sus brazos, Hyunjin, en un estado de shock y un parásito zorro gritón aferrado como lapa en su espalda, identificado como Jeongin... No le era de mucha ayuda.

- ¡CORRE PERRA, CORRE!

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora