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- ¿Todo en orden?

Nuevamente no obtuvo respuesta, el peliazul suspiró.

Aunque en realidad, no esperaba que contestara. Era comprensible que Minho haya tomado un voto de silencio para ordenar sus emociones, pues no era una experiencia muy agradable ser casi devorado por un oso, ser casi mordido por una víbora, ser casi aplastado por un elefante, casi hundido por un hipopótamo o casi masacrado por un demonio de tasmania.

- Minho, yo...

- ¿Chocolate, mantecado, vainilla o fresa?- interrumpió el alfa cambiando radical y estratégicamente de tema, hecho percibido por Han Jisung. A él no se le escapaba nada.

- Chocolate.- pero haría la excepción por Minho.- ¿Vamos a una heladería?- al terminar de pronunciar la pregunta su celo se frunció ligeramente en disgusto al escuchar la risa del mayor.- Ehm, ¿dije algo gracioso?

- Oh, no, no, no...- una mano pasó sutilmente sobre su cabeza, tocando sus mechones azulados de cabello.- Solo, no vamos a la heladería.- aclaró a medida que su risa cesaba.- Vamos a la heladería.

- ¿Cuál es la diferencia?- preguntó.- A mí me suena exactamente igual.

Pero recibió otra carcajada por parte del más bajo, no le hacía mucha gracia, comenzaba a irritarse. Sin embargo, Minho se detuvo abruptamente para elevar su antebrazo e indicar con su índice el local al que se refería.

- La diferencia...- comenzó, dirigiendo su penetrante mirada hacia el omega.- Mi querido Jisunggie, es que estamos tú y yo...- tomó su mano, elevando ambas sujetas, entrelazando sus dedos afianzando el agarre.- No te arrepentirás de venir.

Una sonrisa divertida y socarrona surcó el rostro del peliazul.

- De eso no tengo dudas...

🍰

- ¿Estás seguro de esto, Jisung?- su voz no salió tan firme como esperaba, pero es que no se le antojaba gracioso lo que estaba a punto de suceder.

- ¡Por supuesto!- exclamó sin escrúpulos.- Oh~ ¿Acaso el gran e inmutable Lee Minho tiene miedo?

El alfa apretó los dientes, las palabras de Jisung le pegaron fuerte en su orgullo. Él no tenía miedo, claro que no-tal vez un poquito-y le demostraría lo hombre que podía ser... Sus palabras olían a desafío.

Y él era un fanático del desafío.

- ¿Eso es un reto?

- ¿Tú qué crees, gatito?

- Ash, no sé porqué siempre termino haciendo cosas como estas...- refunfuñó, su ceño fruncido graciosamente, sus labios delgados abultados en un pequeño y adorable puchero, cruzándose de brazos decidido.- De acuerdo, acepto.

Jisung sonrió ampliamente, ordenando el helado especial del menú.

- Eh, eh.- le detuvo antes de cualquier acto de celebración.- No cantes victoria tan pronto, haremos el asunto más interesante.- el joven enarcó una ceja sacándole una sonrisa maliciosa al pelinegro.- Apostemos.

- ¿Qué?

- Apostemos.

- Bromeas, ¿cierto?

- ¿Ahora quién tiene miedo?

Sus labios se fruncieron en una mueca un tanto peculiar mientras lo fulminaba con la mirada. Muy cute ante los ojos de Lee.

Han Jisung sabía jugar bien sus cartas, haría que Minho se tragara sus palabras.

- ¿Quién, yo? Ni de chiste.- extendió su brazo, dispuesto a sellar el trato.- Acepto, si gano pagarás la cena, en el lugar que yo quiera.

- Hecho. Si yo gano...- imitó su acción.- En la próxima cita asistirás a ciegas.

- ¿Q-qué?

- No te informaré a dónde iremos, ni cómo deberás vestirte, todo dependerá de tí.

- Hecho.

Y sin más, con un firme apretón de manos sellaron el acuerdo y las exigencias.

- Prepárate para pagarme esa cena, Lee.

- No estaría tan seguro, bonito.

- No me subestimes.

- Tú tampoco, puedo hacer cualquier cosa... Nada es imposible.

- Te haré tragar tus palabras, Minho hyung.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora