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Bufó, sus ojos bajaron hasta el reloj que descansaba pacíficamente sobre su muñeca, viendo la hora.

- ¿No podemos volver más tarde, Sunggie?

- No, no podemos.- dijo directamente.- Porque si lo hiciéramos, la fila se haría mucho más larga de lo que está, además, tú me dijiste que escogiera, ¿no? Ahora te aguantas, Lee Minho.

Minho sabía que Jisung estaba en lo correcto, pero aún así era inevitable que se cuestionarse una cosa: « De todos los juegos que hay, ¿tenían que ser los autos de choque?» En su lugar él habría escogido el martillo o las tijeras. La casita del terror o el cuarto de los espejos, el carrusel e incluso la misma rueda de la fortuna.

Pero todo se redujo a los autos de choque.

Los malditos carritos chocones o como sea.

Pero, aunque Minho estaba harto de estar parado por casi 3 horas en esa fila- que se movía más lento que un caracol- se centraba y observaba el lado positivo. Tenía más tiempo para compartir con Jisung, aunque no era lo que tenía planeado, algo es algo.

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- ¡Tragarás polvo, Honnie!

- ¡Ya lo veremos, Sung-sung!

Minho maniobró, moviendo el volante del carrito para dar una vuelta de costado, sonriendo como hace años no lo hacía, sus ojos diciendo la inconfundible silueta del omega montado en un carrito color verde primavera, su cabello moviéndose al compás de los giros bruscos que Han Jisung mostraba, sus facciones concentradas en alguna posible víctima que haya captado su total atención.

Aprovechando para atacar a su contrincante, sonriendo triunfal, regocijándose en el dulce sabor de la victoria. Minho estaba a pocos metros de chocar con Jisung, pero lo que en realidad no se esperó pasó.

- ¡AHH, PUTA MIERDA!

Jisung anticipó tal ataque para previamente moverse de su anterior punto de ubicación, siendo la oportunidad perfecta para que Han arremetiera contra el carrito blanco de Minho, chocando de lleno contra el alfa.

- ¡Gané!- Minho levantó la mirada, girando su cabeza en dirección al joven de tal melodiosa voz.- ¡Me debes 38 ₩!

Suspiró. Le era difícil aceptar su derrota, pero aún así valía la pena si como compensación obtenía otra de esas risas escandalosas y sonrisas radiantes. Asintió ligeramente mientras se retiraba del vehículo, sacudiendo sus jeans.

- Solo te dejé ganar.- Minho rebuscó en el bolsillo de su chaqueta sacando el dinero.- No te emociones.

- Sí, claro.- el sarcasmo era evidente en sus palabras, la sonrisa se ensanchó en los labios de Jisung.- sobretodo en la parte que intentaste chocarme por la espalda.- sus orbes brillaban maliciosamente, mofándose silenciosamente del más bajo.- Claro que lo disimulaste bastante bien, nunca lo noté...

Minho soltó un bufido, cruzándose de brazos, desviando la mirada. Sabía que era sarcasmo, pero sin embargo una media sonrisa se formó en sus finos labios.

- Bien, no te dejé ganar.- admitió.- Pero fue solo suerte.

- Ajá...- el omega canturreó, doblando su brazo, levantado su mano derecha, moviendo levemente su muñeca desinteresado.- Lo que tú digas, Minho.

Minho sonrió más amplio, diciéndose que a la tercera iba la vencida, pero, ¿será que correrá con la misma suerte?¿su corazón y el de Jisung seguirán una misma trayectoria con un mismo objetivo? No lo sabía, pero, aunque las ganas de no averiguarlo predominaban en sus pensamientos, optó por arriesgarlo todo.

Su estabilidad mental y emocional, junto con su corazón, porque no hay nada mejor-en perspectiva de Lee- que hacer algo arriesgado con el corazón en mano.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora