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Bostezó, encorvado hacia adelante, sus manos escribiendo minuciosamente en su improvisada tesis, con preguntas que podían aproximarse un poco a lo que se aplicaría ese día. Claro, obviamente no es un simulador totalmente acertado, ni el nivel de dificultad adecuado, pero servía de algo si eso lo ayudaba a calentar su cabeza, preparándola paga todo un día de evaluación.

En su escritorio de madera marrón oscuro, con impresión de antigüedad, alado de varios libros apilados, ocupando la mayoría del espacio, descansaba intacto un reloj con manecillas, con bordeados plateados y de cuerpo entero en un color azulado. El susurrante y suave tic tac le proporcionaba un aire de suspenso y hasta cierto punto lúgubre. El silencio predominaba, solo se oía el sutil sonido del lápiz trazar en el papel, el movimiento delicado de cada hoja que pasaba entre sus dedos y la respiración que hasta ahora se ha mantenido normalizada, quizá por el simple hecho de que su mente estaba consciente de que no era la escuela, no estaba en media evaluación y no tenía los ojos calculadores del profesor en su puesto. Estaba en su habitación, en plena madrugada haciendo la quinta práctica de su tesis, la evaluación para finales de curso.

- Supongo que con esto bastará...- murmuró con voz cansina, sus ojos pesaban y el cansancio cada vez parecía más intenso, su cuerpo estaba entumecido ñoras horas que había estado en la misma posición, debía dormir un poco, lo sabía. En unas horas debía levantarse.

Pero sentía que si sus cabeza tocaba la almohada, no despertaría por un largo rato, aunque a él le encantara mucho dormir, no podía darse el lujo de llegar tarde o siquiera faltar ese día a la universidad.

Aunque tampoco se le hacía agradable que Seungmin viniera irrumpiendo su recámara para despertarlo con sus métodos un tanto peculiares.

Cuando consideró que había sido suficiente, apoyó sus manos en el borde de la madera, arrimó su cuerpo y silla hacia atrás, provocando un chirrido en ella para levantarse e ir a paso apresurado directo a la cama, cayendo de lleno como un cuerpo inerte, sin molestarse en acomodarse o siquiera cubrirse con las frazadas de tela peluda verde esmeralda.

Conciliando sin problemas un sueño profundo y prolongado.

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Seungmin yacía en uno de los tangos banquillos de la mesa de la cocina, tanteando sus dedos en la final loza de la cubierta, mirando con ojos crítico al reloj instalado en la pared sobre el refrigerador, cada minuto restaba del tiempo que tenían para llegar a la universidad y Minho no saba indicios de haber o querer despertar.

Resopló con hastío, levantándose con decisión y elevando su mentón de forma altanera, se encaminó rumbo a las escaleras, subiendo peldaño por peldaño, cruzando valientemente el corredor hasta llegar a la habitación de Minho.

Tomando con firmeza el picaporte, abrió haciendo chirriar estrepitosamente las bisagras ante la brusquedad con la que fue empujada, impactando en la pared, empleando un ruido hueco.

Pero eso era un miniedad, importándole poco que era muy probable que su hyung se enfadara por lo que estaba a punto de hacer. Inhaló una cantidad excesiva de aire.

- ¡MINHO DESPIERTA, ES TARDE PARA QUE VENGAS DE VAGO Y SIGAS AQUÍ COMO UN PARÁSITO EN LA CAMA!

Un lindo despertar.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora