¡ya basta lee minho!

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La lista pasaba y los nombrados subían a retirsr lo que les pertenecía. Felicitaciones y estrechamientos de manos eran dados por cada docente, que, como era su tradición, acompañaban parados a un lado al director para darle honores y reconocimiento a los alumnos más destacados.

No es nada personal, no se lo tomen a mal.

— Han Jisung.— llamó el coordinador, alzando la vista en busca del joven con dicho nombre.

El aludido enseguida se levantó, acomodándose la toga para caminar directamente hacia el escenario, subiendo peldaño por peldaño. Miró entre los asientos, identificando al castaño, dándole apoyo desde lugar.

— Muchas felicitaciones, calificaciones excelentes, comportamiento impecable, señor Han. Usted será un omega ejemplar para todos.— elojió mientras estrechaba su mano y entregaba el diploma. Jisung vio que miró a todos lados y se inclinó para que solo él escuchara.— Suerte con Lee Minho, no es mal chico y sé que tú sabrás cuidarlo para que no se meta en tantos problemas.

Al momento en que el director acabó su oración, Jisung soltó una pequeña risita, avergonzado.

— No se preocupe, está en buenas manos.

— Ya lo creo.

Con una leve reverencia se bajó de allí, alzando su brazo, con certificado de graduado en mano.

Con Seungmin había sido otra situación, había sido felitado, pero también reprendido y amenazado por pequeñas situaciones que habían sucedido en años anteriores.

"Buena suerte Seungmin" era lo que había dicho Hansol cuando pasó a su lado.

Pasó Seo Changbin, recibiendo reconocimiento por su inteligencia y moralidad desde que pisó esa institución. Lee Felix fue el siguiente, Yang Jeongin, Hwang Hyunjin y finalmente Lee Minho.

— Lee Minho.— pronunciaron. Todos, por precaución, se cubrieron sus cabezas por si acaso, pero nada sucedió.

El chico se puso de pie y, en un momento ya estuvo plantado frente al hombre que muchas veces lo aconsejó en la dirección.

— No fuiste el mejor estudiante, tus calificaciones fueron regulares, pero en este momento te doy el reconocimiento que mereces, a pesar de tus tropiezos y accidentes, supiste levantarte y continuar.— sonrió levemente.— Quisiste demostrar que eras más que un nombre y apellido, dejar tu marca aquí, y lo lograste.— tomó el pergamino y se lo extendió.— Felicidades, Minho, espero que al salir de aquí estés orgulloso de tí, nunca olvidaremos los malos ratos que nos hiciste pasar.

El chico sonrió divertido y el director le regresó el gesto.

— Pero tampoco olvidaremos los buenos. Buena suerte Minho.

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Era el momento del after party, la música sonaba, los muchachos bailaban, la gente bebía y conversaba.

Fue épico el discurso que había dado Minho, sobre todo sus últimas palabras.

"Gracias, gracias. No se preocupen, lo que diré es breve.— se había aclarado la garganta.— Fue un dolor de culo este año, pero no me arrepiento de nada. Fue el curso más loco y exótico que tuve, porque conocí a personas que nunca pensé que serían mis amigos hasta ahora, fui correspondido por el amor de mi vida y tuve una que otra bronca con un profesor.— suspiró.— A los profesores, quiero que sepan...

Todos habían mirado expectantes a las palabras del menor.

— ¡Qué no los voy a extrañar! ¿Saben por qué? ¡Por qué yo no les agrado y ustedes no me agradan!— rompió en carcajadas.

— ¡YA BASTA LEE MINHO!

— Ya, lo siento. Espero que se topen con alguien igual a mí, así no me extrañan tanto. Aunque por todo el destrozo, seré muy difícil de olvidar.

Ahora Minho miraba a todos bailar con su novio a su lado.

— ¿Minho?— el pelirrojo llamó y este lo miró fijamente.— ¿Estás bien?

Minho fingió pensarlo, y, pasando un brazo sobre los hombros de Jisung, contestó con una amplia sonrisa.

— Estoy mejor que nunca.