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Tachó su calendario una vez más, trazando las líneas en diagonales con marcador permanente color rojo. Hoy era el día, hoy era la feria del año donde toda la ciudad se reunía en un mismo punto, trabajando en conjunto para hacer una velada inolvidable como entretenida para los turistas, tortolitos y los buenos amigos que venían en su visita.

- ¿Estarás bien tú solo?- dejó el marcador en el portalápices sobre la repisa, girándose hacia el umbral de la puerta de sus aposentos, con ojos calculadores puestos en su hermano menor y dongsaeng.

- ¿Porqué no habría de estarlo?- respondió con otra pregunta, encarcando una ceja. Lee mayor no creía posible que Seungmin tuviera tan poca fé en su persona.

- No es que desconfíe ni nada, pero...

Las palabras que Seungmin quería decir a continuación no salieron, y todo por la fulminante y atemorizante mirada de su mayor. ¿Porqué Minho siempre lo miraba así cada vez que se preocupaba por su bienestar, pero sobre todo por su salud sentimental? No tenía idea, aunque tampoco es como si deseara con ahínco saberlo.

- ¿Pero qué?

- Estamos hablando de tí, asistiendo a una cita especial con Han Jisung...

- ¿Cuándo no he asistido a una cita con Jisung?

- Pero esta es especial, porque tú eres deseaste denominarlo así.

- Seungmin, eso era figurativo.- rodó sus ojos con cansancio, Minho siempre ha tenido este pequeño problema con Seungmin. sí, ambos pueden entender cuando el otro habla con sarcasmo o burla, e incluso identificar con un simple gesto los sentimientos del contrario.- Estoy harto de repetirlo.

Pero odiaba profundamente la ingenuidad del pelirrojo cuando se trataba de relación, sentido, coincidencia y parentesco entre una palabra y la otra que significan lo mismo, o cuando simplemente una palabra fantástica con una simple: cita u especial, como en este caso.

- Pero es cita especial, claro está.

- Seungmin, la cita es especial no por la palabra.- reteiró.- La cita es especial si la persona así lo desea, todo está en la voluntad y...

- ¡Bla, bla, bla!- interrumpió Seungmin, virando sus ojos, su diestra ligeramente elevada a la altura de su pecho moviendo su mano en un gesto desinteresado.- Deja de parlotear y mejor vete a arreglar, no creo que a Jisung le guste que seas impuntual.

Minho lo fulminó con la mirada, checando la hora del reloj de manillas instalado en la pared de la sala principal, reconociendo que Seungmin tenía su punto.

Iba tarde, MUY TARDE, según su criterio.

- Bien.- dijo Minho, subiendo las escaleras.- ¡Esto no ha acabado, Lee Seungmin!- su voz sonó como un eco desde la segunda planta de la morada Lee.

- Que te jodan, Minho.- Seungmin refunfuñó en voz baja, cruzándose de brazos infantilmente.

- ¿¡Qué dijiste rata de dos patas!?

- ¡YA BASTA LEE MINHO!

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora