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— A ver, déjame ver si entendí, ¿entonces nosotros provenimos de la evolución de los monos? ¿Así nada más?

Changbin asintió en dirección a Seungmin, con un suspiro cansado, se lo volvió a repetir:

— Sí, al igual que nosotros somos una especia naturalmente conocida como Homo sapiens.

— ¿Honozapies?— preguntó el menor, la palabra se le hacía muy extraña, a pesar de haber visto ese tema. Tanto que, su ceño se frunció hasta el punto de parecer estreñido, aparentando ganas de evacuar.

— Homo-Sapiens, no "honozapies"— repuso, antes de darse cuenta de los gestos del menor.— ¿Estás... bien?

Era una pregunta estúpida, lo sabía, pero era una pregunta estúpida altamente necesaria.

— Sí, solo que... se me hizo muy rara esa pregunta, pero todo en orden, hyung.

— Dios me ayude a tener paciencia, si serás idiota... Estamos a días de presentar y tú pareces un maldito descerebrado.

Seungmin hizo un mohín, encogiéndose en su lugar, fingiendo estar dolido con sus palabras (aunque era algo que tenía bien sabido por cierta persona) para luego reír bajo.

— No te alteres, Bin. Prometo que estaré listo para presentar en menos tiempo de que digas "tesis".

Sonrió, firme, seguro y confiado. Bin por otro lado, lo miró escéptico. No confiaba plenamente en sus palabras, conociendo la capacidad mental de Seungmin. Suspiró.

— Tendré que confiar en ti...

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Minho practicaba con Jisung, sentados en el cálido y cómodo sofá de la sala principal. Las ventanas, corridas dando vista al exterior, mostrando un panorama espléndido, un paisaje romántico y tranquilo, digno de admirar por los curiosos y los afanados con los paisajismos.

No en el caso de Minho.

— ¿Tenemos que repasar esto de nuevo, hyung? Ya nos lo sabemos de arriba a abajo, de abajo a arriba, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

Minho casi sonrió y dejó su hoja de práctica para mirarlo.

— Lo sé.

Han Jisung parpadeó perplejo para recomponerse y fruncir el ceño.

— ¿Entonces...?

— Hmm, podemos tomarnos un receso.— dijo momentos después. Minho lo pensó muy bien, así que, se daría un descanso para disfrutar de la presencia de su novio. No sonaba tan descarado.

O al menos así sucedía en su mente.

— ¡Genial! A eso me refería.— Jisung sonrió, sus ojitos centelleaban con ese brillo característico en su mirar.

Minho soltó un imperceptible y pequeño suspiro. Nunca dejaría de agradecerle al señor todo poderoso por su resto bondadoso, por ponerle a un precioso omega frente a sus ojitos.

Nunca se había sentido tan afortunado en toda su desgraciada vida.

— ¿Quieres follar un rato?

Y fue justamente el motivo de sus pensamientos quien lo sacó de ellos, sin previo aviso.

— Por supuesto, siempre que sea conmigo.— sonrió coqueto, relamiéndose los labios mientras se acercaba peligrosamente al menor.

— ¿Entonces? ¿Qué estás esperando, Lee? ¿Una invitación?

Minho soltó una carcajada mientras se ponía sobre el cuerpo del omega, abriendo la boca para decir una frase ingeniosa, una frase que al final murió acallada por unos labios suaves y tibios.

Y como le gustaba ser callado de esa forma por Jisung, sí, estaba seguro de que se dejaría callar tantas veces como fuera necesario con tal de que fueran los labios de Jisung los que llevaran a cabo esa acción.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora