¡ya basta lee minho!

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Sus respiraciones se entremezclaban y chocaban en los labios del contrario. El espacio diminuto y asfixiante no aportaba mucho al revoloteo de los latidos del corazón del omega, quién en un acto reflejo intentó-torpemente-alejarse, teniendo como resultado un fuerte impacto contra la fría y turbia pared, dejándolo aturdido.

- ¡Jisung!- unas manos cálidas lo tomaron desprevenido por los hombros, siendo atraído en una dirección en particular.- ¿Estás bien?- aunque la situación no le daba mucho espacio para retroceder.

El peliazul sintiéndose extraño y curiosamente nervioso ante el tacto del alfa solo atinó a asentir mientras sentía sus nervios a flor de piel. Las electrizantes sensaciones recorriendo sin pudor cada fibra de su piel. Sus piernas flanqueando sintiendo que prontamente podría caer al suelo.

- ¿Jisung?

Sólo esperaba que el alfa no lo saltara y no notara nada de lo que le sucedía en su presencia.

- ¿Qué pasa, Minho?- dijo con voz queda y automática, desconcertando un poco al mencionado.

- Eso te pregunto yo.- respondió de inmediato.- ¿Quedaste aturdido por el golpe?- sus manos recorrieron instantáneamente desde la base de sus hombros al inicio de su cuello, palpando con sutileza, percibiendo como los vellos del menor se erizaban.- Espera, ¿acaso...?

- ¡NO!- refutó.- ¡N-no es lo que crees, Minho! S-sólo tengo al de escalofríos por la oscuridad.- exclamó avergonzado al ser pillado, sintiendo esas curiosas y traviesas manos subir a su rostro caliente.- ¡Sí, eso!

Seguramente sonrojado hasta las orejas.

- ¿Oscuridad?- repitió Lee y percatándose de lo que sucedía, fue soltando al peliazul con lentitud y cuidado.

- ¡No! No vayas a soltarme, Lee.-exigió apoyándose fuertemente en los brazos que lo detenían.

Y esa petición-más bien orden-fue más que suficiente para que el lobo del mayor acatara el pedido; manipulando las manos del más bajo, de forma mecánica d instintiva, llevándolo nuevamente al cuerpo del menor, siendo ésta vez más allá de sus hombros, a su cintura.

- Bien, no te asustes. No lo haré.- y ante esa declaración el pelinegro no pudo evitar que una sonrisa minúscula se posara en sus labios al sentir las manos de Jisung aferrarse más a él.- Lo siento, no lo sabía, Jisung. De haberlo sabido yo...

- No te preocupes.- en medio de toda la penumbra el omega negó restándole importante. Claro que sin desistir a su "crisis" nerviosa al estar tan cerca del alfa.- Yo...- vaciló un poco analizando bien las palabras que soltaría a continuación.- No me molesta mientras estés tú... Quiero decir, que tu presencia no me molesta. Es decir, de cierto modo es agradable estar en situaciones raras como las tuyas.

- Nue...

- No lo malinterpretes, y tampoco busco ofenderte. Sólo quiero aclarar que será muy interesante convivir contigo.

- ¿No te molesta?- preguntó el alfa cohibido ante esa confesión del omega, percibiendo con su olfato las feromonas dulces del peliazul.

- ¿Por qué me molestaría?- preguntó el contrario.- No le veo nada de malo.

- Porque soy un chico alfa que tiene una vida poco común, que siempre se mete en problemas aunque no los busque siquiera.- suspiró.- mayormente estoy atentado al peligro de ser perseguido por una turba enfurecida, así como intentar ser descuartizado en cualquier momento.

- ¿Y?- fue lo que obtuvo en respuesta, tomándolo desprevenido, dejándolo totalmente sorprendido.- ¿Cuál es el problema de ser un alfa distinto?

¿Cuál es el problema?

- ¿Tan malo es no ser como los demás?

Por supuesto que no, para Minho era todo lo contrario. Sin embargo, ese reproche si que lo hacía dejado impactado, o shockeado en otros términos.

¿Quién lo diría?