FINAL

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4 años más tarde...

Todos habían seguido el curso de la vida, no habían sucedido muchas novedades. Felix y Changbin habían emprendido un viaje para hallar nuevos horizontes, prometiendo estar para el bautizo de la hija de Hyunjin.

Oh sí, Hyunjin y Seungmin... Eran esposos desde hace 1 año, la forma en que Seungmin se lo propuso fue un tanto peculiar (y no, no fue en pleno acto sexual).

Fue un tanto cursi y meloso para el gusto habitual de Seungmin. Sin embargo, así se habían dado las cosas... Pero, eso ya es otra historia.

Ahora, la familia Lee-Hwang esperaban a su primer cachorro (cachorra, ya que es niña) y Minho no iba a negar que estaba emocionado por el asunto de su futura sobrina.

Jeongin... Encontró a su media naranja, un hermoso beta australiano llamado Christopher Bang. Todo un bombón en lo que respecta de apariencia y personalidad. Al menos, Minho podía admitir que la exagerada descripción de Jeongin sobre él no estaba muy alejada de la realidad.

¿Que sucedió con Minho y Jisung? Pues, ambos se dedicaron al trabajo y a ellos mismos. Vivían juntos por supuesto, pero no de forma matrimonial.

Minho todavía no le había pedido matrimonio. Pero, no se alarmen. Sucederá en cualquier momento.

- ¿Sung?- Minho estaba ligeramente recargado en el umbral de la puerta, dentro de la habitación estaba Jisung, alisando con delicadeza los bordes de la cama; que, al ser llamado por su alfa, no dudó en darse la vuelta.

- ¿Sucede algo, Min?- preguntó consecutivamente, cruzándose de brazos.

Este sacudió la cabeza en negación.

- No, yo... Quería saber si podíamos salir más tarde.

Si Jisung no hubiese estado tan inmerso en adivinar a dónde irían, habría notado al alfa algo inquieto.

- Por supuesto, solo déjame terminar de tender la cama.- se giró de vuelta, inclinándose ligeramente hacia adelante, retomando su labor.- Luego podrías contarme con más detalle, ¿de acuerdo?

Este asintió, aunque su pareja no lo vió.

- Está bien, te veré en la sala.

- Sí, hyung.

Con esa corta, pero precisa respuesta, Minho abandonó la habitación y bajó hacia la sala.

🍰

Lee Minho estaba nervioso, demasiado nervioso. Sus manos sudaban más de lo normal y mostraban un ligero temblor, eso no era común en él. Minho no solía mostrarse de esa forma tan... expresiva.

Miró por el rabillo del ojo a Jisung, quien con una sonrisa pacífica iba caminando a su lado, sus pasos lentos y acompasados iban casi en sincronía con los suyos.

O quizás era la paranoia que comenzaba a afectarle el cerebro... Cualquiera de las dos es viable.

Se detuvieron en el parque más cercano, ocupando la primera banca que se les cruzó en su campo visual. Tomaron asiento y sin decir palabra, se dedicaron a disfrutar del abrazadora calor del día. A contemplar el paisaje y aprovechar cada segundo que pasaban juntos.

- Hey, Sung...

- ¿Sí, Minho?

Abrió la boca para hacer la tan planeada pregunta, pero de sus labios no salió nada. No tenía las agallas, quizás fué estúpido llevarlo allí para nada.

- Yo...- comenzó.

- ¿Tú...?- lo secundó Jisung, animándolo a seguir.

Antes de decir algo más, inesperadamente su móvil comenzó a sonar insistente, el alfa suspiró, pasándose una mano nerviosamente por su cabello. Estuvo muy cerca; no sabía si debía estar decepcionado o aliviado de la interrupción. Metió la mano buscando el dispositivo, mirando con disculpa a su novio.

- Podría ser Seungmin.- dijo.

- A veces pienso que el que será padre en poco tiempo serás tú y no Jisung.- bromeó el menor, asintiendo para que contestara.

Minho rodó los ojos, una sonrisa se figuró en su rostro y contestó:

- ¿Hola? ¡¿Qué!?- el grito de Minho despertó la preocupación en Jisung.- Oye oye, despacio Seung-... Si, ahí estaremos... Si... Sí, respira.

En cuanto finalizó la llamada, Minho se puso de pié, dispuesto a ir con el Omega a buscar el auto. Pero una mano lo detuvo, era Jisung quien hizo la pregunta: «¿Sucedió algo?», con su silencio.

- Es Hyunjin, está entrando en trabajo de parto.- avisó.- Seungmin ahora mismo está conduciendo hacía el hospital, me pidió que pasáramos por sus cosas, las de Hyunjin y las del bebé. Vamos.

Y con esa breve explicación, Jisung y Minho fueron volando a su hogar a buscar el auto.

🍰

El auto aparcado en el garaje de la casa de los adultos estaba encendido y recién salía del estacionamiento. Minho iba ansioso y eso se veía en sus facciones.

Jisung estaba sentado en el asiento del co-piloto. Atento al camino. No podían creer como había volado el tiempo, parecía que había sido ayer cuando apenas eran unos críos.

- Jisung, después de que ésto acabe... Quiero pedirte que nos casemos.- soltó Minho, frenando en el primer semáforo.

Jisung, quién al parecer estaba en trance, salió de este en cuanto Minho terminó la frase.

- ¿Qué?- Minho soltó una risita, Jisung frunció el ceño.- ¡YA BASTA LEE MINHO!

La risa cesó, ahora Minho lo miraba sorprendido.

- ¿Qué?- espetó molesto, aunque era claro que era nada más actuación.

- Es la primera vez que lo dices.

- ¿Y cuál es el problema? Todos lo decían en nuestra época universitaria.

Hubo otro silencio, el semáforo cambió a verde, pero ellos estaban demasiado perdidos en el otro como para percatarse de ello.

- Excepto tú... Tú nunca lo habías dicho hasta ahora.- dijo.- ¿Y sabes? Eso lo hace más especial, le cambia el significado a la frase.

Jisung lo miró como si estuviera loco, pero bueno. En ciertas circunstancias, él siempre lo miraba así.

- Estás loco, Honnie.- dijo con cariño.

- Sí, pero loco por tí, claro está.- corrigió el mayor guiñandole un ojo.- ¿Entonces qué dices? ¿Te casas conmigo?

Jisung rodó los ojos, pero sin embargo sonrió. Tomó sus manos y asintió:

- Por supuesto que sí hyung. No lo dudes en ningún momento.

Era un momento mágico, un momento único y solo de ellos que fue interrumpido por el claxon de los autos y las protestas del gentío.

Ambos sonrieron cómplices, Minho reafirmó su agarre en el volante. Jisung se puso el cinturón de seguridad.

- Ahora, Honnie. Rompe las reglas del tránsito como solo tú sabes, ¡demuéstrale a la carretera quien manda!

El rostro del alfa se transformó en uno malicioso, se relamió los labios y sonrió con maldad.

- Tus deseos...son órdenes.

El auto arrancó a gran velocidad, Minho miraba con libertad el camino y Jisung se sujetó del asiento mirando temeroso el velocímetro.

Esta era su nueva vida, había realizado grandes cambios, por ejemplo: el que ya no se metía en problemas.

- ¡Minho, cuidado!- chilló el omega.

- ¡Perdón! Jeje.- se disculpó, el omega lo miró mal.

- ¡YA BASTA LEE MINHO!.

- Oh, como amo cuando lo dices tú corazón.

- ¡Minho!.

- Ya, perdón.

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora