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- ¿A dónde vamos primero?

El alfa sacudió su cabeza, saliendo de su trance. ¿Hace cuánto que habían llegado?¿Tanto tiempo duró sumergido en sus pensamientos?

- ¿Disculpa?- preguntó Minho, mirando al omega que caminaba a su lado, con unos tickets en su mano.

- Dije: ¿a dónde vamos primero?- la mirada de Jisung se posó sobre el mayor, analizándolo, estudiándolo.- ¿Estás bien, Honnie?

Asintió rápidamente.- Oh, sí, sí... Estoy bien.- dijo con voz presurosa.- Podemos ir a donde gustes.

- Hmmm...- detuvo su andar, llevándose una mano al mentón, apoyando su codo sobre el antebrazo de su otro brazo, envolviendo su torso, en una postura pensativa, deliberando.- ¿Montaña rusa?

Aunque en realidad todo era un simple espectáculo para que su acompañante decidiera el primer juego, Jisung quería conceder los honores. Y claro, molestarlo un poco.

- ¿Estás seguro? Hay mucha fila y podríamos dejarlo para el final, pero si así lo deseas.

- ¿Alguna sugerencia? Hace tiempo que no voy a una feria.- hizo su papel de chico desamparado, nunca le fallaba.- Disculpa mi ignorancia, esperaba que me pudieras orientar un poco, hyung.

Claro que obviamente, Minho no lo notó, porque tan solo con la pronunciación de las últimas palabras, en su mirada se veía comprensión. Quien viera a Lee Minho ahora, demostrando sentimientos en su mirada, en su habla y en sus acciones, se hubiese reído hasta el mañana, porque era una imposibilidad que Lee-témpano-hijo de puta-Minho tuviera sentimientos.

O al menos así lo cree la mayoría.

- Bien, te sugiero probar primero las tazas giratorias para calentar, ¿estás de acuerdo, Hannie?- pero ahí estaba, siendo un guía para el amor de su vida, orientándolo en el mundo de la soberbia, el mundo del egoísmo, la envidia, el narcisismo, la gula, entre otros términos alternativos.

- Sí, vayamos allí.- asintió, por dentro la felicidad burbujeando, recorriendo hasta la última cena de su cuerpo, desbordando la emoción y las ansias.

Sería una tarde interesante con el alfa, sin embargo un presentimiento le decía que algo más sucedería en esa tarde de feria, donde dos enamorados-por no decir idiotizados. Se adentraron a las maravillas de una tarde-proximamente una noche. Entretenida llena de varios juegos, comida, pero sobre todo con la compañía del otro.

«¿Hoy será el día en el que definitivamente le pida ser algo formal?» La duda lo carcomía, impidiendo su disfruta en las máquinas de entretenimiento, impidiendo aprovechar al máximo la compañía de su menor, de su amado, de su omega. «¿Me castraría si le robara un beso ahora mismo?» La mente de Minho era un revuelo de muchas dudas y preguntas-obteniendo cero de éstas- sus nervios hacían de las suyas en cada ocasión que la mano cálida de Jisung rozaba accidentalmente la suya, alterándolo, haciéndolo actuar asustadizo, ansioso, rápido y exaltado.

- Espero y no hayas ingerido algo antes de subir.- expresó Minho, mientras las protecciones se apegaban a ellos firmemente para evitar cualquier inconveniente.

- Espero y tú tampoco, Honnie.- Jisung sonrió mirándole con un brillo socarrón.- Sería desafortunado...

- Sí, desafortunado...

«Si te preguntara ahora, ¿me responderías con un "sí"?»

¡ya basta lee minho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora