¡ya basta lee minho!

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Sus ojos no se apartaron de tal perfección en ningún momento, centrado nada más que en su piel suave, sus mejillas rechonchos, sus labios carnosos y apetecibles que Lee Seungmin juraba que le gritaban: «¡Bésame!». Pero nada era seguro, nada estaba garantizado.

Ni siquiera habían pasado al siguiente paso: el cortejo. Y vaya que Seungmin y cortejo no iban en la misma frase, el menor nunca se había puesto a pensar que podría hacer para que su conquista fuera algo único y especial.

No podía hacer el típico cliché: un ramo de flores y una caja de chocolates. Tampoco dejarle notitas en el casillero con firma anónima, eso sería patético.

Y en definitiva no se pararía en frente a sus narices, esperando a que la deidad le brinde coraje y valor necesario para invitarlo a tomar un cafecito.

No. No y no. Seungmin sería más original, más su estilo.

«Tu estilo apesta, Seungmin»

Una vocecilla-muy similar a la de Minho-se encargó de recordarse sobre sus desagradables méritos para alcanzar sus objetivos. Claro que Seungmin no pensaba igual que su hyung, el creía firmemente que su estilo era inigualable y de edición limitada, por eso no todo el mundo tenía el don de ver más allá de lo irracional o confuso.

Pero algo se le ocurriría, algo impredecible, inesperado. Seguro de que a Hyunjin no le importaría como le pediría que sean pareja oficialmente.

Después de todo, el orden de los factores no altera al producto, ¿verdad?

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- Oh... Minnie~- las manos de Hyunjin sujetaban los aireados mechones rojos del alfa.- M-más... más rápido.

Su mandíbula tensa, sus ojos cerrados de forma placentera, su respiración agitada, y una fina capa de subir cubriendo su cuerpo mientras sus grandes manos sujetaban firmemente las caderas de Hyunjin, arremetiendo contra su cuerpo sin preámbulos, enterrándose profundamente en las parejas estrechamente cálidas del mayor.

- Joder... Hyunjin.- su voz salió grave y ronca.- Estás jodidamente estrecho...

El omega era un mar de gemidos y jadeos, moviéndose en un delicioso vaivén, buscando, necesitando más de la delirante sensación que Hyunjin y solo Hyunjin le otorgaba, un pequeño quejido se le escapó de sus rojizos e hinchados labios, descontento de que su entrada haya sido abandonada por el miembro del alfa, dejando un inmenso vacío, como el que sentía cada mañana al despertar de su cama.

Pero tal vez, solo tal vez, Seungmin haría la diferencia entre la soledad y el compañero de por vida.

- M-minnie...- cerró sus ojos arremetiendo contra contra las frazadas, apretando la pieza de tela en un puño, soltando un gemido agudo al sentir la intromisión nuevamente, pero esta vez tocando algo que lo hizo perder el aliento momentáneamente.

Seungmin encontró la próstata.

- H-hyunjin...- gruñó Seungmin, cambiando las posiciones, tomando y levantando las piernas de Hyunjin para colocarlas en sus hombros, comenzando un acelerado ritmo con las embestidas, chocando su pelvis contra su retaguardia y sus testículos siguiendo el movimiento golpeteando contra sus nalgas.- Escúchame bien...- era ahora o nunca, estaban cerca de terminar y no podía esperar ni un segundo más.

Una última estocada fue más que suficiente para que Hyunjin se corriera, y unos minutos más de penetración para que Seungmin también lo hiciera.

Ambos se echaron en la cama, cansados, adormilados, sudados, satisfechos y llenos de semen. Seungmin tomó el dobladillo de las frazadas que sin querer habían terminado por el suelo de la habitación, cubriendo el cuerpo del mayor y el suyo, envolviendo su cintura en un abrazo posesivo.

- Hyunjin, ¿quieres ser mi novio?- sus ojos pesaban, pero aún quería respuesta, así que con toda su voluntad los mantuvo abiertos.

- Sí... quiero.- pero el pequeño Hyunjin ya se había dejado llevar por los brazos de morfeo, acurrucándose más en el cálido cuerpo del alfa.

Pero eso era lo de menos para Seungmin, le había dicho que sí, su lobo inflaba su pecho de orgullo, acomodándose para dormir finalmente. Lo importante es que ahora podían ser algo oficialmente.

Tal ver el orden no fue el correcto, pero el producto fue satisfactorio.