El apartamento de Rika

319 31 1
                                    

― ¿Puedes adivinar quién soy? ― me dijo una voz peculiar y juguetona.

― Tu número está registrado en los contactos del celular, ¿sabes? ― respondí.

Y Seven estalló en risas.

― Ok, ok, chica lista. ― seguía riendo. ― Solo quería aprovechar la atmosfera misteriosa con la que has llegado a nosotros y jugar al Hacker sombrío. ― su voz me resultaba bastante cómica, bastante alegre y despreocupada. Como si no le importara el que otro hacer acabase de quebrar todo su sistema de seguridad. ― Debiste seguir el juego, igual que en una película de esas Slasher, donde el villano llama a la protagonista para preguntarle por su película de terror favorita.

Me senté en el sillón y apoyé la cabeza en el respaldo. Suspiré.

― Por favor, no juegues. ― supliqué. ― Tengo mucho qué procesar, no sé qué es lo que sigo haciendo aquí.

― Tranquila, Danny. Para eso estamos, para apoyarte en esto. ― cambió el tono de su voz para tranquilizarme. ― De hecho, te he llamado para eso. Hay un par de cosas que debo explicarte.

― Está bien. Te escucho.

― Lamento decirte que por el momento no puedes abandonar el apartamento de Rika. Por tu bien he bloqueado el sistema de seguridad hasta ver cuál fue el punto débil que el hacker usó para hacerte entrar.

― Seven, necesito volver a casa. Dejé cosas pendientes y tengo seres queridos que se preocuparán si no llego para dormir.

― Perdóname, Danny. V dijo que por ningún motivo dejara que abandones el lugar hasta estar seguros de que no corres peligro. Trataré de solucionarlo todo, dame tiempo.

― Bien. No es tu culpa, a fin de cuentas. Ya veré que inventar en casa. Pero por favor, no tardes.

― Puedes decir que conociste a un pelirrojo coqueto y apuesto con el que decidiste pasar la noche jugando Monopoly.

― Parece buena idea. ― le seguí el juego y ambos nos reímos.

― Debo explicarte algunas cosas con respecto al apartamento. ― cambió el tema. ― Hay dos cámaras de seguridad instaladas, las cuales solo yo tengo acceso a ver lo que transmiten. Una está en el recibidor del ascensor y la otra está en el pasillo que lleva a la habitación de Rika. Acércate a esa para comprobar si funciona correctamente.

― Está bien. ― me levanté a regañadientes y me dirigí al pasillo.

― ¡Oh, te veo! ― chilló en mi oído. Yo no había visto la cámara cuando fui a inspeccionar hace un momento atrás, pero ahora que Seven la había mencionado la pude notar, estaba justo al final del pasillo. Sacudí la mano en forma de saludo sabiendo que Seven me estaba viendo. ― Hola, Danny. Es un gusto conocerte.

― Quisiera decir lo mismo.

― Me aseguraré de enviarte un surtido de mis fotos más picantes.

― Qué dicha. ― comenté con sarcasmo.

― Tú te lo pierdes. ― silbó. ― Bueno. Ya que sabemos que funciona perfectamente, no está de más decirte que tengas cuidado cuando pases por ahí. ¡Nada de andar desnuda! O lo tomaré como una invitación de tu parte.

― Claro, claro. ― me reí. ― Nada de desnudos.

― La primera puerta da a un baño y la siguiente a la habitación, puedes usarla para dormir. ― siguió instruyéndome. ―En cuanto a la última puerta, está cerrada con llave y permanecerá así. Es el único lugar al que no tienes permitido entrar, ¿vale?

― Vale.

― ¡Perfecto! Fuera de eso, puedes usar lo que Rika tenía en su apartamento. La ropa, libros y la Mac. No sé si haya la suficiente comida, pero cualquier cosa me dices. Veré qué hacer. Por lo pronto arregla tus asuntos con tus seres queridos y relájate en lo que arreglo todo este mierdero.

― Gracias, Seven. Me siento más tranquila.

― Soy tu caballero en armadura dorada, mi damisela. ― dijo, volviendo a su tono juguetón. ― Y espero, al igual que el resto, que consideres unírtenos y poder volver a hacer a la RFA lo que era en sus años dorados.

Es verdad. Me habían ofrecido unirme a la RFA y trabajar con ellos.

― Te prometo que lo pensaré esta noche.

― Gracias. Bueno, sería todo por el momento. Tengo que volver al trabajo, estos hackers no se cazan solos.

― Anda, caballero en armadura dorada. ― le dije jugando.

― De acuerdo, mi damisela. Seven cero seven fuera.

La decoración de la habitación seguía la línea elegante que se encontraba en el salón, un gran ventanal en una de las paredes, techos altos, todo en tonos blancos y celestes, y justo en el medio se encontraba la cama.

En el tocador encontré una gran variedad de perfumes costosos, productos de belleza y, frente a mí, un enorme espejo en donde mi reflejo se veía extraño.

Pues claro, estoy en un lugar desconocido, me dije a mí misma.

Me había acostumbrado a mi pequeño espejo.

Abrí de par en par el armario. Había mucha ropa hermosa; de diseñador. Ropa casual, ropa que podrías usar para ir a trabajar y vestidos hermosos que seguramente Rika usaba en sus célebres fiestas.

Cerré el armario y me senté en una esquina de la cama.

Me metí a la aplicación y contesté los mensajes que me habían dejado algunos de los miembros de la RFA. Zen, Yoosung y Jaehee me daban la bienvenida a su manera.

Yoosung me mandó un mensaje súper tierno en donde me decía lo mucho que le ilusionaba que volvieran las fiestas de beneficencia. También me contó un poco sobre Rika, eran primos y se querían mucho. Parecía que aún no había superado su muerte.

No quise preguntar las circunstancias en las que ella se fue.

Zen era un coqueto. Me hizo reír mucho y me dijo que no dudara en pedirle fotos de él si así lo quería.

Jaehee me dio la bienvenida formalmente. Me explicó un poco de cuáles serían mis tareas si decido quedarme y que contaba con su apoyo totalmente.

El único que no me había contactado aún era Jumin.

Me puse en pie y caminé hasta donde estaba el escritorio. Tomé la Mac que se encontraba en el escritorio, la conecté a la corriente y me senté de vuelta en la cama. Afortunadamente la pantalla se encendió, después de tanto tiempo sin usar.

Veamos.

Por lo poco que hablé con cada uno de los miembros de la RFA, solo Jumin y Zen estaban más expuestos al ojo público, ya que Zen era actor y Jumin un importante empresario.

Busqué primero a Zen en el navegador y me aparecieron varios resultados relacionados con el chico que había conocido. Una joven promesa del teatro musical. Me fui a imágenes y encontré cientos de selfis, promociones de sus presentaciones y algunas fotos tomadas en el teatro. También encontré sus redes sociales. En su Instagram se veía reflejado que llevaba una vida saludable, haciendo mucho ejercicio y comiendo sanamente.

¿Será buena idea seguirlo?

iba a entrar a mi perfil de Instagram desde mi celular para darle el follow, pero no sabía si estaba en contra de las reglas de Seven y V.

Hmm, mejor preguntaré después.

Abrí otra pestaña en el navegador y escribí:

Han Jumin. 

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora