Sorpresas Amargas

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Salgo de la habitación a la hora del té, para unirme en el despacho con mi padre.

― No puedo creer lo que estoy leyendo... ― dice más para sí mismo , mientras está concentrado en leer las noticias del periódico.

― ¿Qué pasa? ― murmuro, mientras me dedico a untar mermelada a un pan tostado.

― El primer ministro... ¿Quién hubiera imaginado que un político con una reputación tan impecable estuviera metido en crímenes tan serios?

Dejo el pan a medio camino entre el plato y mis labios, quedándome inmóvil, observando a mi padre.

― Supongo que ser "político" no es sinónimo de ser "incorruptible". ― murmuro con sarcasmo, más para mí misma, y sin disimular la rabia que me da ese hombre.

Levanta las cejas ante mi comentario, quizá notó el coraje que le tengo al primer ministro. 

Abre la boca, probablemente a punto de decir algo, pero justo en ese momento, mi madre entra al despacho, rebosando de entusiasmo.

― ¡Qué hermosa mañana! ― anuncia al sentarse en una de las sillas. 

― Hola, madre. 

― ¿De donde vienes, querida? 

― Vengo de tomar café con un grupo de señoras del club campestre. ¡No se imaginan lo que se está comentando por allá!

Si que me lo imagino, pienso. 

Y en efecto, sigo siendo el tema de conversación entre las damas de la alta sociedad.

Desde que se hizo público el secuestro, mi madre ha aprovechado al máximo la atención que la sociedad nos ha brindado.

― Querida, ¿sabes lo que me pasó hoy? ― empieza ella. ― Un reportero me abordó al salir del club. 

― ¿Ah sí? ― digo, fingiendo estar interesada, aunque sin mucho éxito. 

― Quería que dieras una entrevista exclusiva, para que aparezcas en televisión contando tu experiencia. 

― Es broma, ¿verdad? ― se me sale decir. 

― Desde luego que no. ― dice ella. 

― En serio no es broma. ― digo más para mí, sin poder creerlo. 

― Todos están hablando de cómo fuiste rescatada por tu flamante prometido, Han Jumin. ¡Imagínate la audiencia!

Me quedo en silencio, escuchándola con frustración. 

― No. ― digo rotundamente. 

― Deja que te explique...

― No, madre. ― le interrumpo. 

Mi pecho se llena de rabia contenida, pero antes de llegar a los gritos, es mi padre quien interviene, notando mi incomodidad.

― Eso es ridículo. ― le dice con firmeza. ― No estoy de acuerdo en que se exponga la vida privada de mi princesa de esa manera. Además, ¿realmente crees que ella quiere revivir esos recuerdos para alimentar el morbo de la sociedad? 

Mi madre frunce el ceño, claramente no satisfecha con la respuesta.

― Pero, cariño. ― le dice, intentando sonar convincente. ― Todos quieren saber... es la segunda hija de la familia Kim de Global K. ¡Sería una oportunidad para limpiar nuestra reputación después de todo lo que pasó con el asunto de Taeyang!

― ¿El asunto de Taeyang? ― repito, sintiendo cómo la sangre se me sube al rostro.

Mi mirada se clava en mi madre como una daga. 

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora