Una primera vez para todo

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― No puedo entenderme a mí misma. ― intenté reprimir un sollozo. ― Mucho menos a él. Me dijo que no malinterpretara las cosas, pero con sus acciones me dice todo lo contrario. Odio sentir impotencia, no saber lo que realmente quiere, si siente lo mismo, si es indiferente.

― Bienvenida al mundo del amor. ― musitó Hye, seguía acariciando mi mano.

― Es una mierda.

― Sip. ― dijo Mary. ― Nadie dijo que sería color de rosas todo el tiempo.

― Ni siquiera sé cuándo pasó. ― quise hacer memoria.

Recordé ese sueño indecente que tuve de Jumin y yo en la cama, besándonos. En ese entonces pensé que eso fue producto del rumor que se habían inventado de nosotros, pero quizá ya me había enamorado de él.

― Así es cuando te enamoras, Danny. ― volvió a hablar Hye. ― Tú pasaste la adolescencia en una escuela para chicas y cuando volviste a Corea no te diste el tiempo de conocer a alguien entre la universidad y tu trabajo de medio tiempo. Nunca supiste lo que es sentirse atraída por alguien, y ahora tu primer amor resultó ser alguien tan complicado como el Sr. Han.

― Tal vez no debí contarle lo de mi madre.

― ¿Le contaste todo?

― Solo una parte.

― Si el tal Han se está comportando como un idiota por eso, no es el indicado para ti.

― No creo que el Sr. Han sea ese tipo de persona. Seguro él entendió sus circunstancias.

― Como sea. ― dije automáticamente. ― Entre él y yo nunca hubo nada, todo estuvo en mi cabeza. Fui yo solita la que se imaginó cosas.

Mi celular comenzó a sonar en la cartera.

― ¿Y ese celular? ― Mary quiso saber.

― Es del trabajo. ― le dije antes de ver quien llamaba.

¿Estás bromeando?

― ¡Es el Sr. Han! ― chilló Hye cuando vio la pantalla.

― Hablando del rey de roma. ¿Para qué te llamará?

― No sé.

― Deberías contestar. Odia que lo hagan esperar.

― No soy su empleada. ― refunfuñé y rechacé la llamada.

― Tú. ― exclamó Hye escandalizada. ― ¿Qué has hecho, Danny?

― Es que no me apetece hablar con él.

― ¡Esa es mi chica! ― festejó Mary.

― De solo imaginar al Sr. Han ver que no le contestas las llamadas ya me están temblando las piernas.

― Es porque tú si eres su empleada. No creo que pase algo si Danny no le contesta. A fin de cuentas, no son novios.

― Es verdad. ― admití. Además, se suponía que Jumin y V estaban juntos. Era extraño que me llamara justo después de verme.

Cambiamos de tema a petición mía.

Terminamos con el café y las rebanadas de pastel de chocolate en lo que hablábamos sobre lo que habían estado haciendo mientras yo no me encontraba. Mary pudo por fin terminar una canción. Dijo que al director le fascinó su trabajo y que de seguro Zen estaría pronto ensayando la canción.

Hye me contó que había conocido a un chico en la librería que está en el primer piso de nuestro edificio, era un nuevo empleado y era guapo. Se veía muy entusiasmada, aunque ella siempre era así cuando conocía a un chico nuevo.

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora