No Más Mentiras

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Nota: Recomiendo volver a leer el capitulo "El Peor de Mis Miedos"


― Señor, hemos revisado las cámaras de seguridad. — dice uno de mis hombres, entregándome una tablet.

Taeyang, que se encuentra sentado junto a mí en el sofá, se inclina hacia adelante, compartiendo mi ansiedad. En la pantalla, los videos de seguridad del tercer piso comienzan a reproducirse.

La imagen muestra a Danny, lleva puesta una capucha que le cubre el rostro, pero logro reconocer su figura, normalmente llena de vida, se mueve con una inquietud palpable. Ella mira a su alrededor constantemente, como si estuviera esperando algo o alguien.

― Ahí está. ― susurra Taeyang.

― ¿Qué está haciendo? ― pregunto más para mí mismo.

La cámara cambia a una vista del pasillo donde se encuentran los restaurantes, mostrando a Danny parando justo frente al Café de la Flor. Alguien del personal se le acerca, después otra persona. No hay sonido, no sé lo que le dice.

Ella entra.

― Es todo lo que se ve en las cámaras. ― me informan.

― ¿No sale de ahí? ― pregunta Taeyang.

― Mis hombres ya bajaron a hablar con el personal, pero nadie quiere cooperar a menos que un oficial de la policía los vaya a interrogar.

― ¡Es una locura! ― explota Tae, levantándose de un salto. ― Si Danny entró ahí. Todos lo vimos.

― Deben de estar cooperando con Saeran. ― supuse. ― O están bajo amenaza, que es peor.

― Tengo entendido que la cafetería tiene una puerta de servicio que da a un callejo. ― dice mi jefe de seguridad. ― Es posible que se hayan llevado a la Srta. Kim utilizando esa salida.

El sonido de una notificación llama la atención de todos.

Miro mi teléfono y veo un mensaje del Luciel. Mi corazón late con fuerza mientras lo abro.

"Posible ubicación del diamante detectada. Encuentro dos señales, pero están muy cerca una de la otra. Coordenadas: 37.532600, 127.024612."

Me levanto de golpe, sintiendo una oleada de adrenalina recorrer mi cuerpo.

— ¡Lo tenemos! — exclamo, mostrando el mensaje a Taeyang. — Luciel encontró la ubicación de dos joyas.

― ¿Dos joyas?

― Puede que tu hermana se haya llevado consigo más que solo un diamante.

Taeyang se levanta rápidamente, con una expresión de determinación en su rostro.

— ¿Dónde está? — pregunta, mirando las coordenadas en la pantalla de mi teléfono.

— Aquí, en las afueras de Seúl. — respondo, señalando el punto en un mapa que tenemos sobre la mesa. — No podemos perder tiempo. Tenemos que ir ahora.

***

La carretera se extiende frente a nosotros, iluminada por los faros del coche y las luces distantes de la ciudad que vamos dejando atrás. Estoy sentado en el asiento delantero, cosa que no suelo hacer, con la vista fija en la carretera, pero mi mente está muy lejos, atrapada en una tormenta de preocupación y determinación.

A mi lado, en el asiento del conductor se encuentra Taeyang, que insistió en conducir. Supongo que quiere involucrarse con lo que pueda para sentirse de utilidad, solo así podría mitigar la angustia. Sus manos están firmemente en el volante, su mandíbula apretada y sus ojos enfocados en la carretera.

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora