Confesiones

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Me costaba creer que Jumin hubiera aceptado un compromiso arreglado para beneficio de su empresa. Recordé aquella noche que cenamos en el restaurante del club campestre. Dijo que no permitiría que me usen para esos fines.

Inspiré hondo e intenté tomarlo con calma. Fui hasta el despacho y entré sin tocar la puerta. Jumin estaba sentado frente a su escritorio viendo al monitor.

― ¿Qué sucede? ― me dijo preocupado al verme entrar de pronto.

― Necesito que seas honesto conmigo. ― dije lo más tranquila que pude, me acerqué a su escritorio. ― ¿Hasta cuándo pensabas hablarme de nuestro compromiso? ― me vio desconcertado, hasta que le tendí el celular. Lo tomó, aún con su vista fija en mí y el ceño fruncido. ― Mi hermano quiere saber si aún no te has echado para atrás con sus planes.

― Puedo explicarlo. ― me dijo serenamente. Casi con cautela, podía ver como trataba de medir sus palabras. Lentamente, se levantó de su asiento y se colocó del otro lado del escritorio, apoyándose en él y quedando de pie frente a mí. ― Por favor, no pienses las cosas mal.

― Entonces dime lo que está pasando. ― solo le miré ceñuda. No había notado que había adoptado una postura rígida. Me mantuve de pie y con los brazos cruzados.

― Yo propuse el compromiso a tu familia.

― ¿Por qué? ¿No pensabas decirme?

― Es complicado.

― ¿Es para fusionar las empresas?

― Claro que no. ― estábamos apenas a unos centímetros de distancia. Cerró los ojos, frustrado. Debatiendo consigo mismo no sé qué cosa. ― Estamos saliendo. Mis intenciones contigo son serias. ¿No es obvio que quiero que pasemos el resto de nuestras vidas juntos?

― ¿Y por qué Taeyang está muy interesado en ese matrimonio? ― no me estaba contando todo. ― No mientas, por favor.

― No te miento. Mis sentimientos por ti son honestos.

― Dímelo.

― No soy yo quien debe decirlo.

― ¿A quién debo preguntarle?

― Danny...

― Quiero irme, Jumin. ― amenacé con voz severa.

― ¿Por qué?

― Porque contigo no obtendré respuestas.

Me veía dolido.

― Solo intento protegerte.

― ¿De quién?

― ¡De tu familia, Danny! ― explotó. ― Tu madre acudió primero a mí, y como no obtuvo lo que quería conmigo, acudió a mi padre y ambos planearon el presentarme a tu padre como posible candidato a cortejarte. De eso se trató aquella reunión con tu padre. Querían ofrecerme participación en las acciones de Global K, no una fusión. Tú venías en el paquete, por eso rechacé rotundamente la propuesta.

― ¿Por qué tienes que casarte conmigo para ser socio de la empresa de mi padre?

― No puedo comprar acciones por mi cuenta propia sin restar el número que le pertenecen a tu familia. Los demás socios no están dispuestos a vender sus acciones, y las únicas disponibles son las que te cederán una vez contraigas matrimonio.

― ¿De eso se trata todo esto? ― protesté y le vi dolida. ― No te basta con C&R y ahora quieres participación en la empresa de mi familia.

― No puedo creer que insinúes que te estoy usando.

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora