Hasta el fin del mundo

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― No puedo creerlo. ― murmuró Hyojoo. ― Me han mentido todo este tiempo.

― ¿De qué estas hablando? ¿Qué sucedió?

― Yo lo vi... ― su voz temblaba. ― Mis padres me han estado buscando todo este tiempo. ― sus ojos cristalinos por las lágrimas se tornaron furiosos de pronto. ― Me han estado mintiendo. Dejé que me dijeran qué hacer y qué pensar porque la salvadora me dijo que no había nada para mí allá afuera.

La esperanza comenzó a llamear en mi pecho.

― Lo siento mucho, Hyojoo. ― le tomé de la mano. ― Esto es terrible. Lo que te hicieron. Al menos ya has abierto los ojos.

― Quiero volver a casa. ― musitó, como cualquier niña asustada.

Ya no contuvo su llanto.

― Iremos a casa. ― dije con firmeza. ― Ahora trabajaremos juntas.

Hyojoo dejó de temblar después de un rato. Me limité a confortarla y secar los surcos de lagrimas en sus mejillas.

― Dime, ¿cómo es decidiste creerme?

― Lo que me dijo sobre mis padres me sorprendió mucho. ― suspiró. ― Aproveché que el centro de control se encuentra solo para conectarme a internet y ver las noticias.

― ¿Centro de control?

― El lugar de trabajo del joven Saeran. Desde que lo enviaron a purificarse se encuentra vacío el lugar.

― ¿Qué sabes de él? ¿Está bien? ― pregunté con tono desesperado, recordando la última vez que lo había visto.

― Lo tienen en el sótano, incomunicado. No se sabe cuánto tardará el proceso de purificación. ― me explicó ella. ― Depende de la fortaleza de cada uno. Pero, con lo que escuché que pasó con el joven Saeran, dudo que vuelva pronto.

― Dios... ¿Qué es lo que le están haciendo?

― El proceso de purificación es muy doloroso mientras te resistas al elixir, y por lo que escuché, el joven Saeran no está cooperando. Lo mismo escuché de su amigo de cabello azul.

¿Qué?

― ¿Él también está siendo purificado? ― pregunté con horror, y Hyojoo asintió. ― Tenemos que salir de aquí de inmediato e ir por ellos.

― ¡Imposible! ― exclamó ella. ― ¿Sabe dónde se encuentran? En el lugar más apartado de esta mansión. Vine a usted porque le debo el haberme abierto los ojos, y porque es más fácil salir de la mansión desde nuestra ubicación. La vigilancia es casi nula ya que no se espera que nadie quisiese escapar, salvo usted. Solo hay un guardia en su puerta al que puedo engañar y con un buen disfraz podré sacarla de aquí. Pero solo a usted.

― No puedo irme sin V y Saeran.

― Podemos escapar y pedir ayuda para él.

― Recuerdo muy bien que caminé horas para llegar a la cascada, después perdí la conciencia. Pero sé que Saeran y V no resistirán el proceso de purificación hasta que nosotras hayamos encontrado a alguien que pueda ayudarnos.

― Aún así, es complicado. El sótano es de los pocos lugares con vigilancia. No sabrá cómo llegar hasta allá, y si por gracia de Dios lo logra, no podrá salir con ellos a cuestas.

― Es por eso por lo que tú vas a ayudarme a llegar. ― le miré suplicante. ― No voy a obligarte a llevarme a el sótano, pero puedes decirme cómo llegar. Solo necesito que crees alguna distracción y puedes irte.

― Pero...

― Por favor. ― le interrumpí. ― Solo necesito que me abras el camino hacia el sótano, después no te preocupes por mí y márchate.

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora