El Primer Ministro Choi

42 8 8
                                    

No he podido dormir. Me encuentro sentado en el despacho del penthouse, con la luz tenue de la madrugada. Miro el reloj en mi muñeca y cada tic-tac parece burlarse de mi impotencia. Danny sigue desaparecida.

Han pasado dos días

Intento cerrar los ojos, recostado en mi silla de cuero, pero las imágenes de Danny se mezclan con las sombras de mis pensamientos. No puedo permitir que la fatiga me venza, y aunque pudiera dormir, mi habitación se ha convertido en un refugio temporal para Hye y Mary.

El salón tampoco es una opción. Los sillones están ocupados por Zen y Yoosung, que finalmente cedieron al agotamiento.

Y no me atrevo a importunar a Elizabeth III entrando a su habitación.

Taeyang y Luciel están como yo, atrapados en una vigilia sin fin. Taeyang deambula por el penthouse, con una mirada perdida, mientras que Luciel está sentado frente a su computadora, buscando cualquier pista que pueda ayudarnos a acorralar al primer ministro. 

Y yo aquí. Atrincherado en mi despacho. 

Danny es mi vida, y el hecho de no saber cómo se encuentra me consume.

Alguien toca a mi puerta, interrumpiendo mis pensamientos. 

Es Yoosung. Lo noté inmediatamente: sus ojos están ojerosos y su rostro, habitualmente animado, muestra una seriedad que raramente le he visto.

― ¿Puedo pasar?

― Adelante.

― Yo ... — comienza, con la voz entrecortada. — Yo... quiero disculparme.

Él toma una respiración profunda, como si estuviera reuniendo todo su valor.

― Lo que dije sobre Danny... fue un error. No debí llamarla ingenua. No sabía lo que decía.

Me quedo en silencio por un momento. 

Puedo ver que realmente se siente mal por lo que dijo, y me doy cuenta de que su arrepentimiento es sincero.

― Es solo que... Danny no merece esto. No merece lo que le pasó. Ella es una buena persona... La quiero tanto... Yo no tenía derecho...

― Sé que te preocupas por ella. ― interrumpo. ― Entiendo lo difícil que debe ser para ti asimilar todo esto. Descubrir que Rika está viva y que, además, está implicada en la desaparición de Danny es un golpe duro. Es normal que estés en shock.

― No puedo creerlo, Jumin. Rika... ¿Cómo pudo hacer algo así?

Sus palabras me hieren profundamente, no solo por lo que implican, sino también porque sé que parte de esta situación es culpa mía.

― Debo disculparme nuevamente. — suspiro hondo. — Lo que está sucediendo ahora es, en parte, consecuencia de decisiones que tomé. Oculté información, tanto a ti como a Zen. Pensé que estaba protegiéndolos, pero me doy cuenta de que solo les causé más dolor.

Él me mira, sus ojos llenos de preguntas sin respuesta.

― ¿Por qué no nos dijeron nada? Podríamos haber ayudado.

¿Ayudar?... ¿En qué?, pensé. 

No, Han Jumin. No es el momento de ser idiota. 

— Pensé que estaba haciendo lo correcto al mantener la información en privado hasta tener más certezas. No quería alarmarlos sin motivo, pero veo ahora que fue un error. — me inclino hacia adelante. — Lo siento, Yoosung. Nunca quise que las cosas llegaran a este punto.

De pronto, la puerta se abre de golpe. Luciel entra, como una ráfaga de energía frenética, su característico entusiasmo casi desbordando la habitación.

En los brazos de Jumin HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora